(Texto: Antonio de Padua) Este pasado jueves, se presentaba en Huelva, en un emotivo y multitudinario acto, la Fundación Padre Diego Suárez Mora en el salón de la Fundación Caja Rural del Sur, en un evento que contó con la presencia de diversas autoridades municipales y provinciales, así como de los presidentes de ambas fundaciones, Diego Suárez Mora y José Luis García Palacios, respectivamente. En la mesa, junto a los mencionados dirigentes de dichas entidades, se encontraban el alcalde de Huelva, Gabriel Cruz Santana, la alcaldesa de Gibraleón, Lourdes Martín Palanco, y el delegado territorial de Conocimiento y Empleo, Manuel Ceada Losa, siendo mantenedor del evento el reconocido periodista onubense Norberto Javier.
Este último, en su presentación, manifestaba que el padre Diego Suárez “siempre ha destacado por su anhelo por los demás, teniendo los pies en la tierra y la vista en el Cielo”, añadiendo que “un hombre es su estilo y en el caso que nos ocupa el padre Diego es magnético, vitalista y emprendedor”.
Tras una actuación musical de ‘Brotes de Olivo’ tomaba la palabra García Palacios, quien tras comentar que conocía a Diego Suárez desde hacía más de cuarenta años se declaraba “entusiasmado por su obra”, señalando que el sacerdote olontense “trataba siempre a las personas que incluso sus propias familias no querían tratar”, para finalizar su intervención manifestando que “si Dios me hubiera llamado por el camino del sacerdocio en vez de por el empresarial a mí me hubiera gustado ser como Diego”, destacando que tratar con discapacitados, niños desarraigados y ancianos vulnerables “supone tener un corazón enorme y por ello hay que estarle eternamente agradecido”.
Después del visionado de un vídeo sobre la nueva fundación le llegó el turno a Lourdes Martín, alcaldesa de Gibraleón, calificando al padre Diego como “un amigo, una persona en la que siempre me apoyo porque siempre encuentro en ella un buen consejo”. Según la primera edil olontense “Don Diego no sabe decir no y siempre tiene su puerta abierta a quien lo necesita”, destacándolo como “un creador de oportunidades para las personas con dificultades” y animando a los presentes a “imitarle porque sería el mejor homenaje que podríamos hacerle”.
Por su parte, Manuel Ceada, delegado de Conocimiento y Empleo, recordó cuando conoció al padre Diego, “siendo yo un niño”, diferenciando como el sacerdote olontense “nos enseñó a todos a cambiar el concepto caridad por el de solidaridad” y subrayando que “gracias a él muchas personas de Gibraleón han podido tener un trabajo y comer”. Calificó Ceada al padre Suárez Mora como el mejor colaborador de la Junta de Andalucía, porque “cuando ningún centro quería acoger a un discapacitado, niño o anciano, ahí estaba el padre Diego para hacerlo”, deseando que “todos vivamos por y para los demás, porque el mundo siempre será mejor si nos damos unos a otros”.
Llegado el momento de que tomara la palabra el padre Diego, lo primero que dijo fue “me da vergüenza estar aquí, esta no es mi ‘pecera’, porque yo no soy más que tú ni que nadie”, sintiéndose “un enano agarrado a un gigante que es el Señor”. En su intervención el sacerdote confesó que “a mí me puede el débil, porque hay muchas personas cansadas a las que hay que hacer bienaventuradas y yo solamente soy un servidor de ellas”, calificando el servicio a los demás como “un placer y, precisamente, para servir y ayudar en la atención y promoción del bienestar de la infancia y la juventud en exclusión social, aportándole los recursos necesarios para su pleno desarrollo es para lo que se crea esta Fundación”. Finalizaba su momento comentando que “mi trabajo de cura me hace sentir más sacerdote que cuando era párroco, porque estoy junto al que sufre, siendo únicamente un administrador de los deseos del Señor de ayudar sirviendo a los demás” y proclamando que “el amor puede con todo, no el poder”.
El acto lo cerraba el alcalde de la capital onubense, Gabriel Cruz, quien calificaba al padre Diego de “adalid de la justicia y la igualdad de oportunidades”, reivindicando “el derecho a la dignidad de las personas, la obligación que todos tenemos de atender a las personas desde el humanismo”. Asimismo, abogó por “la construcción de un mundo igualitario, justo y solidario, que es posible”, a su juicio, “porque mucho de lo que podemos hacer con ese objetivo radica en nuestra voluntad y esfuerzo, tal como ha hecho durante años el padre Diego”.
Finalmente, hizo un llamamiento “a implicarnos, personal e institucionalmente, con el trabajo de la Fundación Padre Diego Suárez Mora”.
Una nueva actuación de ‘Brotes de Olivo’ puso el broche de oro al emotivo y multitudinario acto.