Los 26 menores bielorrusos que participan este año en el Programa de Saneamiento de la Asociación de Niños de Acogida Asnia Huelva han recibido esta semana asistencia dental, a cargo de la unidad móvil de la Fundación de Odontología Social FOS Luis Seiquer, que se ha instalado en la Ciudad de los Niños. Una actividad que se ha llevado a cabo este año gracias al convenio de colaboración que el Ayuntamiento de Huelva mantiene con esta entidad.
La concejala de Políticas Sociales e Igualdad, Alicia Narciso, ha señalado que “este año hemos reforzado nuestra colaboración con Asnia, ofreciendo a los niños y niñas que pasan el verano en nuestra provincia el acceso a una atención dental adecuada, al objeto de que regresen a su país en mejores condiciones sanitarias”.
Por su parte, la secretaria de Asnia, Nieves Sánchez, ha explicado que “las actividades previstas en el programa de este año con estos menores finalizan con una acción tan importante y fundamental como es la atención de su salud bucodental, que en estos diez años no se había podido prestar”. Asimismo, ha anunciado el compromiso de todas las entidades de continuar manteniendo este servicio para los niños y niñas en las próximas ediciones.
En una consulta móvil, los pequeños han sido objeto de una revisión y de tratamientos preventivos. Un diagnóstico en el que los profesionales han destacado el buen estado generalizado de salud dental de los menores atendidos, a los que les han dado también algunos consejos de higiene.
El Consistorio onubense ha colaborado con Asnia en el décimo aniversario de una iniciativa que brinda la oportunidad cada año a sus participantes de pasar el verano con familias onubenses, disfrutando de una dieta sana, aire limpio y el sol de nuestra tierra, tres componentes fundamentales para que los niveles de radioactividad de su organismo disminuyan, prolonguen su ciclo vital y refuercen sus defensas. Además, la estancia ha incluido, junto a la revisión odontológica, un examen pediátrico.
El objetivo de Asnia es el de contribuir a paliar las consecuencias producidas por la radioactividad sobre la población bielorrusa y en particular, sobre los niños que padecen las secuelas del accidente acaecido en la Central Nuclear de Chernóbil en Ucrania en 1986. Después de la catástrofe, el número de pequeños que padecen enfermedades oncológicas ha crecido de forma espectacular en Bielorrusia, donde se detectan hasta 350 casos por año.
Para el próximo año, esta asociación quiere incrementar su labor con dos proyectos encaminados a dotar de material quirúrgico, medicinas y recursos sanitarios al Hospital Hematológico y Oncológico Infantil de Gomel, una de las regiones más radiadas y afectadas de Bielorrusia, y enviar un contingente de artículos de primera necesidad para la aldea social de Istoki, donde residen muchos niños huérfanos.