(Texto: Paco Velasco) Apenas le he prestado atención. Me refiero a Dª Isabel Celaá, ministra de Educación y portavoz del Gobierno de Pedro Sánchez. Sí conocía su procedencia. En la gama de colores ideológicos, no pasaba del gris metalizado. Llamativo por fuera, insulso por dentro.
He leído unas declaraciones de la señora ministra sobre elección de directores de centros educativos y, de ahí, el presente comentario. Como no sabe qué inventar para desdecir al PP, pues aparte de ir a por la asignatura de religión y por la enseñanza concertada, ha tenido la ocurrencia de opinar sobre su pretensión de modificar la elección de los directores. Se aburre y, a fin de distraer al personal sobre el desgobierno de su jefe, ahora entra en ese juego en que ella participó tan bien durante su etapa ejecutiva en el País Vasco. Se queja de que la Administración, especialmente la catalana, nombra a directores de su cuerda. Pues anda que ella.
Pues sí, señoras y señores. En un alarde de funambulismo dialéctico y de desequilibrio demagógico, la señora aboga por que la comunidad educativa disponga de más entidad para elegir a estos directores. En realidad, no hace sino reeditar el arribismo de Sánchez al poder. Se busca a los sectores más reacios al sistema escolar y, unidos vaya que podemos, se nombra al más incapaz con tal de que se cargue el sistema más de lo que ya está. Aquí paz y mañana más fracaso.
Mire, señora Celaá, ponga todo su esfuerzo en potenciar al profesorado. Anímelo para que no desfallezca ante la ola de agresiones de alumnos, de padres y de la propia Administración que soportan estoicamente, Procúrele medios económicos y recursos pedagógicos. Defienda su impagable rol social y humano. Y déjese de patrañas. No invente la a porque si persiste en esa dirección, entenderé que no sabe hacer la o con un canuto.
Y como me voy unos días de vacaciones (que abono machadianamente con mi dinero), permítame que desee a usted y al gran jefe unos días de descanso…después de que ahora en agosto convoque elecciones y ganemos tiempo. Muchas gracias.
