(Texto: Asaja-Huelva) El pasado 31 de agosto la Consejería de Agricultura anunciaba la publicación de la adjudicación de ayudas para modernización de explotaciones agrarias y ganaderas incluidas dentro del Programa de Desarrollo Rural (PDR) 2014-2020, unas ayudas que después de dos años de espera para su resolución han resultado ser una completa decepción para los agricultores y ganaderos onubenses que habían concurrido a la convocatoria de 2016.
En primer lugar, la adjudicación tardía de estas ayudas ha terminado beneficiando tan sólo a 157 explotaciones onubenses. De las gestionadas por Asaja-Huelva, sólo han pasado el corte un 30%. Esto sitúa a nuestra provincia a la cola de toda Andalucía, tan sólo por delante de la provincia de Málaga, que sólo ha obtenido ayudas para 106 explotaciones. En comparación con provincias como Jaén (438), Córdoba (421) y Sevilla (412), la proporción es ridícula y absolutamente injusta, si tenemos en cuenta el peso agrario de cada una de las provincias, que no avalaría el reparto equitativo de las subvenciones. En el caso de Cádiz (201 adjudicadas), que para colmo cuenta con una declaración ITI (Iniciativa Territorial Integrada), la asignación de ayudas con respecto a otras provincias es sencillamente insultante y por ello Asaja-Huelva quiere mostrar su apoyo a los compañeros de la provincia vecina.
La chapuza en la que finalmente se han convertido dos años de espera en la resolución de estas ayudas se materializa igualmente en el montante económico correspondiente a las ayudas que finalmente se han concedido. En este sentido, de la inversión inicialmente aprobada para Huelva (7,31 millones de euros) finalmente sólo llegarán 4,94 millones de euros en ayudas aprobadas, y esto teniendo en cuenta que la Junta de Andalucía decidió ampliar la cantidad inicialmente prevista para estos incentivos hasta el punto de triplicarlos. Tan sólo 4,94 millones de los 90 que la Junta pregona es una proporción simplemente ofensiva para nuestra provincia.
Esta ampliación que la Junta reviste de generosidad y compromiso no se debe más que a la propia inoperancia de la administración, que en lugar de publicar una convocatoria por año como debería hacer, elimina convocatorias (recordamos que la ahora resulta data de 2016) y aumenta los fondos hasta triplicarlos, lo cual no es sino una terrible pérdida de oportunidades para los agricultores y ganaderos que no pudieron optar en 2016 a la convocatoria pero que tal vez podrían haberlo hecho en 2017 o en este 2018, de haber sacado la Junta de Andalucía la correspondiente convocatoria.
Nada más conocerse la publicación de la resolución de las ayudas, Asaja-Huelva ha volcado toda su atención en la asistencia a los socios que hace dos años presentaron sus expedientes, muchos de los cuales han visto como su solicitud era rechazada con excusas injustificadas como falta de documentación que sí fue aportada, inversiones no contempladas sin definir los criterios por les caen a los agricultores y ganaderos, falta de cruce con registros de la que la propia administración de agricultura es la competente de los mismos, cálculos erróneos en la viabilidad de las explotaciones por la propia administración, etc.
Las ayudas de modernización son fundamentales para garantizar la sostenibilidad y la rentabilidad de las explotaciones, posibilitando, en muchas ocasiones, el desarrollo y la inclusión de mejoras tecnológicas que de otra forma podrían no ser posibles, algo que contribuye decididamente a convertir al agrario en un sector moderno y competitivo. Sin embargo, con los retrasos sufridos, la falta de convocatorias y una resolución final altamente deficiente, lo único que consigue la administración es paralizar la inversión y el desarrollo del campo.