(Texto: Familia García-Palacios Álvarez) A través de estas líneas queremos hacer llegar nuestro profundo agradecimiento a todas las personas, entidades e instituciones que han participado del dolor y pesar por el fallecimiento de nuestro padre. También nos gustaría disculparnos por si a lo largo de estas intensas horas vividas no hubiéramos podido atender a tantas muestras de cariño y afecto con la atención que hubiéramos deseado.
Somos conscientes del respeto y admiración que desde muy distintos ámbitos se le profesaba a quien fue guía y ejemplo de nuestra familia a lo largo de todos estos años, en los que se ha ido viendo rodeado, además de su esposa e hijos, de sus nietos, que han sabido en quien debían mirarse desde bien pequeños.
La Fe en Nuestro Señor Jesucristo y la Santísima Virgen María nos ha acompañado en estos días y nos seguirá iluminando para intentar superar en todo momento su ausencia física, porque esa ha sido la enseñanza y ejemplo de vida cristina que inspiraron todas sus acciones.
Los principios de responsabilidad, solidaridad, servicio a la sociedad y al bien común, junto al valor del esfuerzo y el trabajo, han quedado impregnados para todos nosotros por su ejemplo de vida hasta el instante final.
Han sido tantas sus inquietudes y compromisos asumidos, los proyectos impulsados y las realidades consolidadas que será también tarea familiar proseguir con sus fines, porque como siempre decía: “Hay que vivir haciendo las cosas no sólo para el día siguiente, sino pensando en el futuro y en las generaciones que habrán de venir.”
Agradecemos, igualmente, la labor de todos los profesionales de los medios de comunicación durante estos días, junto a los distintos grupos editoriales, por el respetuoso trato recibido ante nuestro dolor y el riguroso tratamiento informativo desplegado.
Queremos dejar constancia de la fortaleza personal que en estos días nos ha reportado el apoyo entrañable y sincero de tantísimos amigos. El valor de la amistad es parte fundamental en la enseñanza que hemos recibido por quien lo ha pregonado y cultivado siempre.
Y, por último, es para nosotros esencial que llegue a toda la sociedad nuestro eterno agradecimiento por habernos acompañado con profundo afecto y recogimiento en el dolor que ha supuesto la pérdida de nuestro padre. Jamás olvidaremos el ambiente protector que hemos podido respirar y que se nos ha brindado por parte de toda la sociedad.
En nombre de nuestra familia, infinitas gracias.