(Firma: Paco Velasco) Ojo con la confusión expresiva. La copulativa no siempre agrega. La disyuntiva sí pone, siempre, a prueba. Ante dos premisas, se produce el dilema. C´s o PP. O bien: C´s y PP o Vox. Y, así, sucesivamente, enredamos la disyunción hasta el infinito para amargura de unos y cachondeo de otros.
En el poco tiempo que resta para investir a un nuevo presidente de la Junta de Andalucía, acaso no quepa sino el argumento cornuto. Existe un ejemplo clásico: “Lo que no has perdido, lo tienes; no has perdido los cuernos, luego los tienes”. Si lo aplicamos a la alianza, siquiera de investidura, entre los tres partidos citados, queda por dilucidar, cuál de ellos tiene cuernos y cuál los ha perdido. Sea como fuere, tal vez lo idóneo sea el haberlos tenido alguna vez y obrar para perderlos con la siguiente pareja.
Cuando el dilema trasciende lo político y se aposenta en la moral, lo que los tres grupos deben tener en cuenta es si, con o sin cuernos, el gobierno andaluz debe seguir en manos del Psoe. No el Psoe genérico. Me refiero al Psoe andaluz que han “enchorizado” los responsables de Los ERE, de los Cursos de Formación y de la indecente Administración Paralela. Aludo al Psoe de ZP y de Pedro Sánchez.
A partir de ahí, veremos quién tenía cuernos, quién no quiere perderlos, quién no quiere que se los ponga y quién apuesta por seguir regalando la Junta a la golfería andante en vez de pensar en la mayoría de los ciudadanos. Piensen en Puigdemont. Entre convocar elecciones, que podía, y proclamar la Declaración Unilateral de Independencia, que no debía, se decantó por la segunda premisa. El resultado está escrito. Un poco de cabeza. Un mucho de respeto.