¿Lo puedes intuir? No siempre es fácil, la verdad. Muchas veces creemos que sabemos lo que pasará y precisamente nos ocurre todo lo contrario, tanto para bien como, desgraciadamente, para mal. El futuro inquieta, y mucho. Vamos a darte algunas claves para tenerlo bajo control.
Tu tranquilidad debería ser una prioridad
Todos tenemos algo que nos inquieta, nadie vive completamente tranquilo, desconfía de quien asegure lo contrario. Siempre hay alguna cuestión que nos mantiene en estado de desazón. Puede ser la familia, el amor, el trabajo, alguna amistad, temas económicos… mil cosas distintas.
Las personas somos diferentes y cada uno de nosotros afrontamos los problemas como mejor sabemos, o como hemos podido aprender a sobrellevarlos a lo largo de la vida. Trata de no juzgar a quien lo haga de manera distinta a la tuya, piensa que cada uno está librando sus propias batallas y luchas internas. Es fácil decir a los demás lo que tienen que hacer, ¿verdad?
Sin embargo, seguramente te sentirás identificado con la situación de sentirte completamente confuso cuando el problema lo sufres tú mismo. La gente de alrededor no tiene empacho en dar consejos que no se han pedido y en exhortarte a actuar de tal o de cuál forma.
Es posible que lleven razón, pero también lo es que no tengan ni idea. ¿Por qué? Desde fuera todo se suele ver bastante más claro que desde el centro del ojo del huracán, pero a quien mira desde el otro lado le falta un elemento que quien lo está pasando mal sí tiene: se trata de los sentimientos.
Estos hacen que todo sea mucho más difícil, pero, al fin y al cabo, también son los que definen el desconcierto y la turbación. Hay que entenderlos para comprender el dolor del interesado. Y no todo el mundo tiene esa fuerte capacidad de empatía.
Es por eso que muchas veces acudimos a personas queridas pensando que nos comprenderán y nos ayudarán y, después de hablar con ellas, todavía quedamos más desolados o incluso consternados. Al final, lo cierto es que solamente tú estás en tu situación.
Los demás pueden escucharte, apoyarte o incluso pueden llegar a comprenderte, pero la verdad: no pueden, o al menos no deben, decirte lo que tienes que hacer. Si se trata de un tema delicado, lo mejor es que te trates con mucho cariño y cuidado, tampoco has de confiar en cualquiera.
Cuando das a conocer tu punto débil, estás dejando al descubierto tu talón de Aquiles. Desde ese preciso momento, estás otorgando al otro el poder de destruirte, en el caso de que sus intenciones contigo no fueran buenas y puras. Así que, si eres una persona demasiado inocente, ¡ten cuidado!
¿Qué hacer entonces, cuando no sabes a quién acudir? Como te hemos comentado, puede ser que la gente que tengas alrededor no esté capacitada para ofrecerte una verdadera solución. Pueden estar a tu lado en los momentos difíciles, pero poco más. También puede ser que estés rodeado de personas que no se merezcan realmente tu confianza. No te sientas solo, siempre hay una salida.
Mucha gente deposita sus esperanzas en la videncia. Digamos que es una manera profesional de solventar cualquier incidente que implique partes de la historia que tú mismo desconoces, como la voluntad ajena o el futuro. Con unos cuantos detalles acerca del presente, se pueden sacar conclusiones y estimaciones muy aproximadas.
Pero para ello tendrás que acudir a alguien que de verdad sepa cómo hacer su trabajo. En esta profesión, al igual que en otras muchas siempre hay buenos expertos, meros aficionados e incluso intrusos que no tienen la preparación y la experiencia necesaria como para atender clientela de forma eficaz y al mismo tiempo satisfactoria.
Por eso mismo, si vas a hacerlo, te recomendamos que elijas bien. en la web de Candela Ferrer puedes encontrar videntes buenas. Una buena vidente por teléfono puede ayudarte muchísimo más de lo que tú crees. Y, además, siempre contando con confidencialidad al 100%.
Considera esto como una buena opción no solamente si ya tienes una desesperación total, también puede hacerte mucho bien y tranquilizarte cuando algo comienza a rondarte la cabeza y los pensamientos te impiden hacer tu vida normal, o simplemente dormir bien por las noches.
Verás que después de una llamada tu perspectiva ha cambiado completamente. ¿Es magia? No, en absoluto. Solamente ahora dispones de información que antes se escapaba a tu alcance, por fin tienes las piezas que completan el puzle y ahora puedes actuar en consecuencia.
Antes de empezar a agobiarte respira hondo y recuerda que siempre hay algo que puedes hacer. Suelta lastre y confía en quien de verdad puede guiar tu camino y darte pautas válidas para que puedas superar lo que sea que te está sucediendo. ¡De todo se sale, mucho ánimo!