La Dirección General de Tráfico (DGT) ha finalizado la estrategia diseñada para disminuir los accidentes de tráfico y sus consecuencias, en el marco de la Estrategia de Seguridad Vial 2011-2020, que fija como objetivo principal que la tasa de fallecidos por siniestros de tráfico disminuya considerablemente.
Con la colocación de esta última señal por parte del equipo de mantenimiento de carreteras, entra en vigor en Huelva y en toda España, con fecha 29 de enero, la modificación de los límites de velocidad en las carreteras españolas, primer objetivo de este Real Decreto que ha modificado el Reglamento General de Circulación (art. 48) y que fija un cuadro simplificado de velocidades máximas en las vías. Así, en las carreteras convencionales los límites serán 90 km/h (turismos, motos, y autobuses) y 80 km/h (resto de vehículos).
La razón de esta media y su primer objetivo, la reducción de la velocidad, se basa en múltiples estudios y estadísticas, ya que el 75% de los accidentes con víctimas se producen en estas vías y, además, la velocidad inadecuada es la causa concurrente en el 20% de los accidentes con víctimas.
Según el informe de impacto previo elaborado por el Observatorio de la Seguridad Vial de la DGT, esta norma reducirá “un 10% los fallecidos en estas vías”. Así, en 2017 de los 1.321 fallecidos en vías interurbanas, 1.013 ocurrieron en vías convencionales, “porcentaje que ha oscilado durante los últimos diez años en el intervalo 76-80%”, según confirma un informe del Observatorio de Seguridad Vial y la Subdirección General de Movilidad de la Dirección General de Tráfico (DGT). Y la velocidad inadecuada estuvo presente en 400 de esos fallecimientos. Solo en las salidas de la vía con un solo vehículo se produjeron 367 y en la mitad de los casos había velocidad inadecuada. Además, el índice de letalidad –número de fallecidos por cada cien víctimas de accidente– de las vías convencionales es de 2,7, casi el doble al de autovías y autopistas.
El segundo objetivo es la reducción del diferencial de velocidad entre vehículos ligeros y pesados. Se reduce el diferencial de velocidad entre los tipos de vehículos a un máximo de 10 km/h. La reducción del diferencial favorece la fluidez de la circulación, especialmente en momentos de mayor intensidad, y ayuda a reducir la accidentalidad derivada de vehículos que circulan a velocidades dispares.
A nivel internacional, y atendiendo al contexto europeo, se estima que reducir la velocidad en las vías convencionales es clave para contener la accidentalidad; por esto, la mayoría de los estados europeos han ido adoptando medidas de reducción de las limitaciones de velocidad en aquellas vías que no hay separación física de sentidos.
Menos velocidad, menos accidentes
Según numerosos informes realizados en el 2018 sobre la influencia directa en la frecuencia y severidad de los accidentes, con más altas velocidades de conducción, el tiempo, el número de accidentes y su severidad, crecen desproporcionadamente, al tiempo que confirman que reducir la velocidad media 5 km/h en estas vías reduce un 28% los accidentes mortales. Una subida del 1% en la velocidad media conlleva un crecimiento del 2% en la frecuencia de accidentes con víctimas, del 3% en la frecuencia de accidentes graves y del 4% en el de accidentes mortales.