(Firma: Carmen Ramos) No sé cómo os imagináis vosotros las ciudades que nunca habéis visitado. ¿Cómo pensáis que serán ciudades como Boston o Hong Kong? Yo tengo en mi ordenador instalado Google Earth y a veces tecleo sitios al azar. Otras veces son lugares que nombran en una novela o en un documental. Y voy a alejando y acercando el zoom, viendo donde está el museo, donde la estación de tren. Recuerdo que una vez pasé una tarde entera visitando los jardines Sankei-en en Yokohama, Japón. Entre cerezos, pequeños riachuelos y templos, se me fue la tarde. La vida parecía muy distinta allí.
La poesía tiene en nosotros un efecto parecido. Un buen libro se parece mucho a una ciudad o más bien al descubrimiento que de una ciudad vamos haciendo. Así por ejemplo, “De Ciudad Blonde” de MJ Romero, nos presenta una ciudad que primero imaginamos ruidosa, llena de gente venida de todos lados, una Constantinopla mítica pero a punto de estallar. Dice la autora “recuerda que la literatura ha dormido en mí muchos años”, pero también dice en ese mismo poema “cuando estés en Constantinopla cierra definitivamente los libros que leí”. Porque es entonces cuando comenzamos la búsqueda:
“para encontrar
una sola palabra
una única palabra
que sacie mi sed.”
Así finaliza la primera parte del libro, llamada también “De Ciudad Blonde”. Las siguientes partes (Bio, Passp@rt y Zoom) nos llevan por un itinerario incierto. En “Bio” las palabras van retorciéndose y haciéndose más tenebrosas aparecen cuervos, piedras, muerte, trozos e incluso podredumbre de las flores. No faltan tampoco el frío, la lluvia, el óxido, la nube negra, el insomnio y el dolor. Llega María Jesús incluso a desear “empequeñecer hasta ser como la hierba”. En medio de este paisaje, un poema lleno de amor llamado “Inmovilidad”, en el que una y otra vez me detengo y cierro los ojos y la veo volar junto a Luis Miguel, como dos hojas.
“Passp@rt” está llena de palabra y de música: Bob Dylan, Edith Piath, la famosa e hipnótica “All I do isdream” de los EverlyBrothers. Y la búsqueda de la palabra, de la “neurona primera que dictó la primera palabra”, de la voz, de la voz en soledad, ser de su voz, hacernos pequeños quizás hasta tan solo ser un balbuceo. “Es la palabra que nace” anuncia la poeta. Cuando llegamos a “Zoom”, la ciudad ya es un laberinto. Un laberinto juguetón y desconcertante al que una y otra vez queremos entrar. ¿Es prosa? ¿Es poesía? Da igual. La invitación última de MJ Romero lo dice todo:
“cerrar
reiniciar.”
“De Ciudad Blonde”, de MJ Romero está publicada por la Asociación Pelagia Noctiluca.