Desde la Dirección General de Costas del Ministerio para la transición Ecológica (MITECO), se ha puesto en marcha un plan de vigilancia de basuras en playas que pretende caracterizar dichos desechos y conocer la tipología de las basuras que se encuentran para posteriormente aplicar medidas de mejora. La labor de Cruz Roja consistiría en dar apoyo a las labores de caracterización de estas basuras conjuntamente con el Proyecto LIBERA, de SEO BIRDLIFE, en alianza con ECOEMBES, realizando actividades de voluntariado en el ámbito del seguimiento de basuras marinas, limpiezas en Kayaks y actividades de sensibilización acerca de la correcta gestión de los residuos y su impacto.
Entre las actividades que se desarrollarán, destaca la realización de unas jornadas de formación a sus voluntarios que comenzarán este sábado en el centro Waingunga de Lepe, con la participación de voluntariado de localidades de la costa, como Isla Cristina o Cartaya, entre otras. En dichas formaciones los voluntarios recibirán conocimientos básicos tanto para el tratamiento de los residuos en las playas como también para su posterior papel como agente de cambio a la hora de sensibilizar a la población general en la problemática medioambiental.
Otras de las acciones a destacar, son las salidas en kayaks que contempla el proyecto. Para lo que cuentan con la colaboración de empresas como FlechaExtreme, que opera en la Ría del Piedras, de El Rompido.
Desde el Plan de Medio Ambiente de Cruz Roja Juventud, quieren destacar que la basura marina no es sólo un problema estético, sino que además de un importante impacto socioeconómico, amenaza la salud humana y la seguridad y presenta efectos negativos sobre los organismos marinos y los hábitats. Está ampliamente documentado que el impacto de enredo o ingestión de desechos marinos puede tener consecuencias negativas sobre el estado físico de los animales marinos e incluso conducir a su muerte.
Dentro del término ‘Basura Marina’ se incluyen una amplia gama de materiales de origen antrópico que han sido deliberadamente descartados o perdidos en las playas, en las costas o en el mar, incluidos los materiales transportados al medio marino desde fuentes terrestres a través de los ríos, escorrentía, alcantarillado o por la acción del viento. Incluye cualquier material fabricado o tratado, persistente y de naturaleza sólida.
La basura marina se compone de una variedad de materiales incluyendo fundamentalmente plástico, metal, madera, caucho, vidrio y papel.
En definitiva, hay que recordar siempre que las playas son un lugar compartido entre diferentes usuarios, necesario para la actividad pesquera y donde se pueden prácticar numerosas actividades náuticas y de ocio familiar, sin olvidar la fragilidad del ecosistema marino, donde conviven numerosas especies, y el impacto que la contaminación de este medio pueda tener para todos.