Esta semana han comenzado las obras para reformar la imagen de la rotonda de la Fuente de La Música. La retirada de los dispositivos de riego y a continuación, de las capas de césped, han centrado los primeros trabajos de una actuación que cuenta con un plazo de ejecución aproximado de un mes. El objetivo, como ya adelantó el concejal de Infraestructura y Servicios Públicos del Ayuntamiento de Huelva, Luis Albillo, en la presentación del proyecto, es renovar por completo la zona verde que rodea la infraestructura hídrica situada en el cruce de la Avenida de Andalucía con la calle Honduras para “mejorar la calidad ornamental y estética de un espacio muy llamativo, situado a la entrada de Huelva, que es difícil de mantener en óptimas condiciones debido al daño que produce el agua clorada sobre la vegetación”.
Las obras, que tienen un presupuesto de 21.290 euros, implican la retirada de toda la vegetación actual, para abordar a continuación el tratamiento del terreno, compactación y nivelación, instalación de riego automático por difusión, colocación escolleras, acomodo de materiales áridos y plantación.
Albillo ha explicado que para evitar riesgos relacionados con la legionelosis y otras infecciones derivadas de bacterias habituales en zonas húmedas, las fuentes de la ciudad, y en especial, las de gran envergadura, como la de La Música, se someten a severos tratamientos de cloro que inevitablemente afectan también a los jardines adyacentes, en función de los vientos dominantes, al caer sobre ellos agua clorada. En este caso concreto, apunta el edil, “tanto el césped, como las plantas y arbustos, principalmente de la cara suroeste, están muy castigados, como quemados, y no terminan de afianzarse en el terreno, mostrando calvas y zonas áridas que deslucen la imagen general de la rotonda”.
Para recuperar la estética del espacio y garantizar su mantenimiento y conservación, desde el Departamento de Parques y Jardines se ha diseñado un proyecto de reforma que afecta a todo el perímetro de la fuente, unos 560 metros cuadrados de superficie.
La intención es cubrir con un césped artificial muy naturalizado, especial para jardines ornamentales, el área más afectada por el agua clorada, unos 330 metros cuadrados, mientras que el resto se revestirá con grauvaca, un tipo de arenisca, como grava fina de tierra vegetal, combinada con piedra machacada, donde se plantarán plantas tapizantes, concretamente, más de 1.000 ejemplares de dos especies diferentes: la armeria marítima y la dymondia margaretae. Se trata de especies tapizantes, que cubren de forma densa las zonas a modo de césped o alfombra, resultando muy interesantes a nivel ornamental por tener hojas, habitualmente rosa fucsia o blancas en el caso de la armeria y verde intenso y blanco, con flores tipo margarita en color amarillo, en el caso de la dimondia, aportando una calidad estética elevada.