Tras la aprobación, a principios de año, del Plan de Acción contra el Ruido de la Ciudad, y a la espera del perceptivo informe por parte de la Junta de Andalucía, el Ayuntamiento de Huelva sigue avanzando para establecer medidas destinadas a corregir los problemas detectados en el diagnóstico del mapa de ruido. Para ello, se está llevando a cabo una medición específica en los focos de ruido, que ha comenzado esta semana con la colocación de cinco equipos de medida en la Gran Vía. La previsión es que estos sonómetros recojan los niveles de presión sonora en la zona hasta el próximo lunes, cuando pasarán a la Plaza de Las Monjas y a continuación, al entorno de La Merced, cubriendo todo el eje hasta Ciudad de Aracena, incluyendo Vázquez Limón y Ginés Martín. De manera paulatina, cada semana, los aparatos se irán trasladando para cubrir los espacios identificados como críticos a nivel a ruido en los distintos barrios de la ciudad.
El trabajo realizado por el Consistorio onubense ha permitido no sólo disponer de un diagnóstico de la ciudad en este ámbito, sino también identificar las zonas de actuación acústica prioritaria y los focos de ruido principales en la configuración del ambiente sonoro de Huelva, sobre los que hay que actuar para mejorar la calidad acústica del municipio. En este sentido, uno de los principales objetivos del Plan de Acción es reducir el impacto de las zonas afectadas y evitar la generación de futuras situaciones problemáticas. De esta forma, mediante el análisis de los datos, en cuanto a niveles de ruido, horarios, incidencias y evolución, se pretende determinar las causas que originan el problema para establecer las acciones correctoras.
Los Planes de Acción contra el Ruido, recogen las medidas concretas y acciones prioritarias que se deban realizar en caso de superación de los valores límite y en las zonas relevantes establecidas por los mapas estratégicos.
La intención del Ayuntamiento de Huelva, como ha explicado la concejala de Vivienda, Medio Ambiente y Sostenibilidad, Esther Cumbrera, es “establecer una política de transversalidad en la lucha activa contra el ruido, a través de la definición de unas líneas de trabajo que permitan actuar de forma global para disminuir lo máximo posible la contaminación acústica”. Además, se pretende que este programa pueda implantarse de forma continua en el tiempo, con el fin de que cualquier actuación que se ejecute en un futuro incorpore y tenga en cuenta las líneas de acción desarrolladas en este documento.
El diagnóstico obtenido del Mapa de Ruidos pone de manifiesto que actualmente el tráfico rodado constituye el principal foco de contaminación acústica en la capital onubense, por lo que este apartado contará con una línea independiente de actuación. Además, se detectaron otros focos de ruido que requieren un control de las actividades relacionadas con los sectores de la hostelería y el ocio, así como de los servicios municipales de recogida de residuos, limpieza y jardinería, el transporte urbano y la gestión de los parques caninos.
Entre las variadas medidas para lograr una disminución en los efectos de la contaminación acústica de la ciudad, se incluyen actuaciones relacionadas con las infraestructuras, como la utilización de pavimentos fonoabsorbentes en vías de mucho tráfico, la peatonalización de calles, o la repavimentación de calles adoquinadas; actuaciones contra el ruido de vehículos, como la apuesta e incentivos a vehículos con sistemas de insonorización mejorados; la gestión del tráfico; el control de los permisos de circulación de vehículos pesados en el Término Municipal, o de los horarios de carga y descarga de estos vehículos en vía pública; además de otras relacionadas con los espacios verdes, como la plantación de especies arbóreas más frondosas, con el fin de crear apantallamientos acústicos.