Zalamea cerrará el próximo sábado, 26 de octubre, la celebración del mes del Rosario con la salida procesional de la talla de la Virgen, obra del imaginero Antonio Bidón, que el año pasado fue sometida a una importante restauración.
En sus orígenes, la fiesta en honor de la Virgen del Rosario, el 7 de octubre, con el recuerdo de la batalla de Lepanto, revestía una gran solemnidad: había fuegos, misa, sermón y procesión. La festividad se denominó de ‘Nuestra Señora de la Victoria’ cuando la instituyó San Pío V en 1572; con Gregorio XIII acabó con su denominación actual: Nuestra Señora del Rosario.
El 17 de abril de 1605 tuvo lugar en Zalamea la fundación de la Cofradía del Rosario por Francisco Hurtado, dominico, con licencia de fray Juan Chacón, prior del convento de Santo Domingo de Aracena, de fecha 12 de septiembre de 1604, para la que se señaló en el templo parroquial un altar en el que se colocó una imagen de Nuestra Señora del Rosario. Su culto arraigó en el pueblo y alcanzó cierta resonancia extendiéndose a algunas de sus aldeas que se independizaron posteriormente.