La Pradera de San Isidro albergó ayer, como cada último domingo del mes de mayo, la Misa en honor a San Isidro Labrador, que con motivo de la celebración de la Romería en honor al Santo, se organiza cada año en la ermita.
Aunque la imagen que ofrecía la Pradera de San Isidro en nada se parecía ayer a la habitual por estas fechas, puesto que la pandemia de coronavirus ha obligado en esta ocasión a suspender los actos romeros, la Hermandad ha querido mantener la tradicional Misa de Romeros, aunque en esta ocasión con un aforo reducido, de apenas 50 personas, y siguiendo las normas de seguridad y prevención que marcaban la Fase 1 de la desescalada en la que nos encontrábamos el domingo.
Oficiada por el cura párroco local, D. Manuel Domínguez Lepe, la celebración religiosa “nos ha permitido unirnos en la oración ante San Isidro, para pedirle su apoyo para superar la crisis sanitaria en la que nos encontramos”, según destacó la presidenta de la Hermandad, Consolación Pereles, a la que acompañaron los hermanos mayores, Pepe Álvarez y su familia, así como el resto de miembros de la Junta Directiva de la Hermandad.
Así, la localidad cartayera ha rendido pleitesía al Patrón de los Agricultores, “con la seriedad y responsabilidad que nos exigen las circunstancias actuales”, según destacó el alcalde, Manuel Barroso, que asistió a la ceremonia religiosa en representación del Ayuntamiento, junto con la concejala de Servicios Sociales y Cultura, Isabel Orta, y los representantes de las fuerzas y cuerpos de seguridad: el Jefe de la Policía Local, Manuel Jesús Sampedro Cruzado, y el teniente de la Guardia Civil, José Soria.