Frente a la pandemia global, la crisis de fe empuja cada vez a más españolas y españoles a rezar desde casa para aplacar su ansiedad. Te contamos el porqué.
La pandemia de la COVID-19 no solo nos dejó sin Semana Santa. Aún ahora, durante la llamada ‘nueva normalidad’, el acceso a los templos religiosos está resultando difícil en toda España a causa de las medidas de contención del virus. Dentro de este contexto, cada vez son más las personas andaluzas creyentes que están trasladando la fe al interior de sus hogares para sobrellevar de la mejor manera posible este año tan difícil para todos, sobre todo considerando la incertidumbre económica y la desorientación psicológica y espiritual que está generando la pandemia en todo el mundo.
Un año difícil para los templos
Los templos religiosos están pasando por dificultades en todo el mundo. Hace solo unas semanas nos despertábamos con la noticia de que la Generalitat de Catalunya le abría un expediente sancionador al arzobispado de Barcelona por haber celebrado un funeral en la Sagrada Familia en honor de todas las víctimas de la pandemia. El expediente se justificaba en base a la necesidad de limitar el acceso a los templos religiosos como medida preventiva frente a la COVID-19, si bien muchas personas resaltaron la contradicción de limitar el acceso a la Sagrada Familia para celebrar un funeral y, en cambio, dejarla abierta –si bien con estrictas medidas de seguridad– para las visitas turísticas que le son tan características.
El peligro del contagio
A esto se suma el peligro de contagio que supone la visita a los templos para las personas de mayor edad, quienes además representan el sector de la población con mayor riesgo de sufrir consecuencias severas en caso de infección. En España, las personas que acuden a las iglesias tienen una de las mayores edades promedio del mundo, así que el riesgo de un solo contagio en uno de los templos puede tener muy serias consecuencias para nuestras personas mayores. Por todo esto, son cada vez más las personas devotas que deciden evitar los templos durante estos meses, permanecer a salvo en casa y rezar desde el hogar.
El auge del rezo en el hogar
La imposibilidad de acudir a misas o a otras celebraciones eucarísticas no es un impedimento para mantener una espiritualidad sana. Para ayudar a las personas que deciden practicar la fe desde el hogar durante estos meses, la plataforma italiana Holyart de accesorios religiosos pone a disposición de particulares toda una serie de objetos para el rezo como rosarios, crucifijos, velas o estampas, que se suman a su extenso catálogo de complementos para la liturgia y artículos obispales como incensarios, navetas, cálices o casullas. Fabricados por los mejores artesanos para las iglesias italianas y españolas, ahora estos artículos pueden enviarse a los domicilios particulares para asistir a los fieles en este año de incertidumbre económica y sanitaria.
Las peregrinaciones se ven limitadas
Las grandes rutas de peregrinación como el Camino de Santiago en España o los caminos hacia Lourdes en Francia se están viendo muy severamente afectadas por las medidas de contención de la COVID-19 en toda Europa. Si bien en España ya es posible desplazarse con relativa normalidad en la mayoría de provincias –siempre, por supuesto, respetando las medidas de seguridad esenciales como la distancia social o el uso de mascarillas–, los repuntes de casos que han tenido lugar en las últimas semanas en Catalunya, Aragón o, más recientemente, Madrid, están haciendo que la mayor parte de países europeos disuadan a sus ciudadanos de viajar a España, lo que está teniendo un efecto devastador en las rutas de peregrinación tradicionales. Además, basílicas como la de la Candelaria en las Islas Canarias ya han anunciado que permanecerán cerradas durante las fiestas, para dificultar la transmisión del virus.
Un fenómeno global
Los problemas a la hora de peregrinar o de acudir a los templos no se están dando solo en España, sino que están siendo comunes en todo el mundo. En Arabia Saudí, la tradicional peregrinación a La Meca solo puede realizarse bajo estrictas medidas de seguridad que, además, regulan fuertemente el aforo a la Kaaba, el epicentro de la peregrinación del Hajj. De la misma manera, los templos budistas en gran parte de Asia están limitando el acceso a visitantes o permanecen sencillamente con las puertas cerradas para impedir contagios. Y medidas similares se están adoptando en los templos hinduistas de la India, especialmente ante el enorme número de casos que están teniendo lugar en el país, que ya es el tercero del mundo en el total de personas afectadas.