Cerca de un centenar de migrantes, de los varios miles que han llegado en los últimos días a las Islas Canarias, han tratado de llegar a la Península cogiendo el barco que une Santa Cruz de Tenerife con Huelva, según han informado distintos medios canarios, que apuntan que solo algunos, muy pocos, consiguieron su propósito, al no disponer la mayoría de pasaporte.
Según explica la crónica del Diario de Avisos, en crónica firmada por Sofía Negrín y Tinerfe Fumero: «La crisis humanitaria que se vive en Canarias, especialmente grave con la llegada de más de 11.000 personas en pateras o cayucos durante los últimos cincuenta días, se mostró con especial crudeza en el puerto de Santa Cruz de Tenerife, donde unas noventa personas, todas de origen magrebí, esperaban al raso sin nada que comer ni alojamiento previsto para pasar los hechos, tal y como denunció in situ el alcalde capitalino, José Manuel Bermúdez (Coalición Canaria).
Según las averiguaciones llevadas a cabo por este periódico, fue aproximadamente a las cuatro de la tarde cuando un grupo de aproximadamente unas 80 personas de origen magrebí se subieron al barco de Fred.Olsen rumbo a Tenerife, a cuya capital llegaron una hora después, si bien las autoridades policiales de Gran Canaria alertaron a sus compañeros tinerfeños sobre lo insólito de traslado tan numeroso, que no estuvo orquestado, al menos de forma aparente, por organización alguna.
Ya en el puerto de Santa Cruz de Tenerife se conocieron los motivos del mismo, por cuanto estas personas pretendieron comprar billetes de otro barco que zarpaba hacia Huelva a la una de la madrugada, pero se les negó la venta al no estar en posesión (salvo algunos casos aislados) de pasaporte, condición indispensable para entrar en la Península en caso de tratarse de personas extracomunitarias.
Tal negativa tuvo dos efectos inmediatos. Por una parte, aproximadamente una veintena de dichas personas optó por volverse a Gran Canaria en el siguiente barco. Por otra, cerca de 60 quedaron en la terminal de Fred.Olsen del puerto capitalino.
Eso sí, no quedaron solos, dado que otra treintena de magrebíes se sumó a ellos al llegar, sobre las ocho y media de la tarde, en el siguiente barco de la referida compañía naviera. De nuevo, su intención era seguir camino hacia el puerto onubense y, por ende, hacia el continente europeo, pero otra vez vieron cortadas sus alas y confinados en Canarias en contra de su voluntad.
Así las cosas, unos 90 inmigrantes de origen magrebí quedaron anoche sin cobijo en el puerto de Santa Cruz de Tenerife, lo que denunció Bermúdez con la lógica indignación: “¿Qué pasa ahora con esta gente?”, se preguntó, a la par que denunciaba que “si el Gobierno de Canarias o la Delegación del Gobierno no buscan alojamientos o permiten que estas personas puedan coger el barco hacia Huelva, pernoctarán en la calle”.
A última hora, miembros de Cruz Roja se desplazaron al lugar para buscar algún tipo de solución para estas personas, si bien es sabido que ni dicha organización humanitaria ni otras como CEAR cuentan con semejante número de plazas alojativas ahora mismo en Tenerife. Les han ofrecido quedarse al raso en el puerto o irse en una guagua a un hotel del Sur.
En cuanto a de dónde vienen estas personas, DIARIO DE AVISOS ha podido averiguar que más de la mitad de ellos son del grupo que fue dejado en la calle por un mando policial o político aún por determinar tras pasar 72 horas en el muelle de Arguineguín (Gran Canaria). A este respecto, cabe recordar que se liberó en la plaza de La Feria a 227, pero que más de 100 de ellos buscaron su propio camino, como ahora se comprueba. Además, otros de los llegados a Tenerife se han largado de hoteles habilitados para ellos en Gran Canaria».
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