(Firma: Emilio Marín) En nuestra infancia tenemos el primer contacto con el libro mediante los cuentos. Nos atraen con sus maravillosas ilustraciones, por sus vivos colores, personajes, animales, arboles y objetos. Será más tarde cuando en los estudios secundarios apreciemos la forma, el peso, el grueso, el olor y la impresión. Después, en nuestros estudios universitarios, la dimensión será más profunda y madura. Las asignaturas tendrán un contenido para la formación y especialización.
Más tarde el libro se convierte en objeto de placer y de deseo. Es la libertad de elegir sin obligaciones el texto que deseamos para hundirnos en la butaca del salón y perdernos entre sus páginas: novela, poesía, teatro, ensayo, viajes…
En estos meses de virus el tiempo domestico se ha multiplicado y hemos encontrado minutos y horas para descubrir por la casa: la camisa que creíamos perdida, la bolsa de deportes que seguimos sin usar, el pañuelo con las iniciales, el jersey verde… o el libro que compramos y que espera ser leído. Y sabes: “Lo dejo para navidades, que tendré tiempo”- Pero en esta época ha habido tiempo.
Y traigo a estas páginas dos ejemplares que me han gustado y me han aportado conocimiento y emociones.
‘El infinito en un junco’, de Irene Vallejo, es un ensayo sobre el origen de la escritura y del libro que tiene sus inicios en la Alejandría de los Ptolomeos con su famosa Biblioteca como faro de cultura y sabiduría de un imperio. Pero su lectura amena no se queda en el mundo clásico y sus símbolos como Homero, la Ilíada, Odiseo, Orfeo, sino que atraviesa la historia de las letras hasta El Quijote, Cavafis o Durrell o al mismo mundo digital. Y como dice Vallejo, filóloga y doctora en lenguas clásica de Zaragoza: “Leer es siempre un traslado, un viaje”.
‘Poemas impersonales’, de nuestro admirado Juan Ramón Jiménez -Premio Nobel de Literatura-, es un regalo para estas fechas y para siempre, que el lector lo goza desde la primera a la última página. El libro publicado por la Fundación José Manuel Lara, en una edición muy cuidada de Soledad González Rodenas, recoge poemas inéditos del poeta de Moguer que abarcan todos los temas, los dedicados al paisaje, las amistades ,la naturaleza, el gozo, el sufrimiento ,las estaciones, amigas/amantes o los heterónimos que utilizaba en el desdoble de su personalidad. Bellísimos, sonoros, melancólicos, pictóricos, profundos… el alma juanramoniana, que vibra en estos versos:
Se iba muriendo la tarde…
Tú llegaste sonriendo.
Tu sonrisa fue una rosa
En los parques del invierno.
Desde este punto de vista y en este momento es necesario apoyar a las personas que crean en el ámbito del libro. Es decir: escritores, traductores, ilustradores, diseñadores, editores, libreros, bibliotecas, clubs de lecturas, talleres de escritura, colegios… ese apoyo debe venir en coordinación con ayuntamientos, Diputación y Junta de Andalucía para una mayor eficacia. Así llegaremos a conocer a nuevos Plateros, coroneles Aureliano Buendia, la Maga y Oliveira , La dama del perrito, Justine, el Pijoaparte, Ana Ozores, Madame Bovary, Fortunatas y Jacintas…
Los libros no entienden de fronteras y muros. Por eso el libro es como un asidero a la vida.
3 comentarios en «DESDE EL CONQUERO: El libro como asidero de la vida»
Estimado Emilio:
Nosotros no lo conoceremos porque moriremos con un libro entre las manos o pegado al corazón, pero el libro, tal y como lo conocemos y sentimos desde siempre, pasará a formar parte de la historia del ser humano en no muy corto espacio de tiempo. ¿Es que nadie se da cuenta de que estamos conformando una nueva SOCIEDAD?
Un abrazo.
Estimado Jesús : Vivimos en un «tiempo líquido» como dice el profesor Bauman. Los acontecimientos se precipitan y cambian en horas , y es difícil seguir la actualidad para algunos. También como decía Machado «hay que diferenciar las voces de los ecos», es decir, los bulos. El libro ha tenido una historia revolucionaria y apasionante .Nada hay mas revolucionario que contemplar la sabiduria que encierran las bibliotecas. Por eso la quieren destruir los sátrapas y la amamos los demócratas. Tras las catástrofes surgen nuevas palabras para adaptarse. Ayer era reconvertirse, hoy reinventarse. El libro sobrevive y se adapta a una sociedad cambiante. Y sigue llamándose libro. Un abrazo.
Cierto , detrás de esta pandemia vendrá una nueva sociedad o nueva realidad , que no sabemos sus dimensiones y carga moral o vital. Los acontecimientos se precipitan y a veces no hay tiempo de analizarlos. El libro contribuye a crear un nuevo tiempo para el lector que en el sosiego de su casa encuentra espacio para la reflexión. El libro ha sobrevivido a los tiempos adaptándose a la tecnología , a la ciudad y al momento de ocio. Ayer hablábamos de reconvertirnos , hoy de reinventarnos. El libro es apasionante y revolucionario. Por eso los sátrapas queman las bibliotecas y los demócratas los leemos y guardamos . El libro sigue vivo y nos espera. Un abrazo.