Con un año marcado en todos los ámbitos por la pandemia sanitaria a nivel mundial, ninguna de las páginas de pronósticos deportivos como la de este enlace, confiaban en los culés y la realidad, es que no fueron mal encaminados.
Con una liga que durante todo el año ha dominado el Atlético de Madrid, dirigido por el Cholo Simeone, el F. C. Barcelona esperaba poder arreglar el año con la consecución nada fácil de la Champions League, pero sería en cuartos de final y por goleada, donde quedaban eliminados ante el París Saint Germain.
Diciendo adiós casi a mitad de temporada y con seis meses por delante a los dos principales competiciones, solo quedaba remediar una nefasta temporada con el único título en juego, la Copa del Rey y como pudimos ver este pasado fin de semana, por lo menos, el equipo catalán no la han dejado escapar.
De todos modos, el partido comenzó con ocasiones para ambos equipos. Tanto el Athletic de Bilbao, el rival en la final de los culés, como el Barcelona, buscaban portería rival sin demasiado peligro, con el fin de mantener su portería a cero.
Y así lo lograron hasta la mitad de un encuentro que se zanjaba a los 45 minutos con empate a cero en el marcador. Lo que no sabían los leones es la goleada que en muy pocos minutos estaba por llegar.
Con solo quince minutos de la segunda parte, llegaba el primer tanto, obra del francés Griezman. Tres minutos después, en el 63, De Jong ponía el cero a dos, pero faltaba la aparición de Leo Messi, que lo iba hacer por partida doble y con un auténtico golazo partiendo desde la línea del centro del campo.
El cero a tres de Messi subió al marcador en el 68 y en el 72, el definitivo cero a cuatro.
Curioso como el Athletic iba a dejar escapar en solo quince minutos un partido hasta el momento reñido, pero que solo este tiempo, bastó para sacarlos de la ilusión de levantar el título, encajando cuatro goles.
