El pasado jueves tuvo lugar la primera sesión dedicada a las ‘Infraestructuras físicas para uso colectivo’, dentro del Espacio Abierto en el marco del proyecto Inspira Territorio. Este Espacio está conformado por numerosas personas y colectivos vinculados a la agroecología en la Sierra de Aracena, y pretende ser un punto de reflexión y compartición, de coordinación y colaboración conjunta. No en vano, las infraestructuras y construcciones para distintos usos por parte de las organizaciones sociales es uno de los temas que con más fuerza ha surgido en el trabajo de recogida de inquietudes realizado en anteriores encuentros.
La existencia de una gran cantidad de construcciones abandonadas, a la par que numerosas iniciativas están demandando espacios para la realización de sus actividades es una de las reflexiones centrales que se ha surgido en este encuentro. Fruto de las dinámicas sociales cambiantes y con el paso del tiempo surgen nuevas necesidades en nuestra sociedad que antes no existían. La propia consolidación del tejido social que hoy conforma nuestras comunidades es una realidad muy presente y con una importante capacidad de intervención.
Estas organizaciones y colectivos carecen en su mayoría de ánimo lucrativo, y las tareas que desarrollan están enfocadas, en muchos casos, al beneficio común de la sociedad. Se atiende, además, a una solicitud apoyada en la propia noción de bien público, que desde un punto de vista jurídico es aquel provisto por la administración pública y que está disponible a todos.
Junto a este planteamiento, otras ideas importantes son la necesidad de unión de los colectivos y alcanzar consensos con ayuntamientos y administración publica, o la exigencia de plantear propuestas viables y sólidas, en cuanto a contenidos y financiación se refiere. Y todas estas consideraciones no necesitan confrontar argumentos de rentabilidad, porque aquí no se plantea una disyuntiva entre uso social y uso empresarial; estamos hablando de espacios públicos abandonados o en desuso, en algunos casos desde hace 20 y 30 años.
Por eso, desde este foro se ha apelado también a la necesidad de ser perseverantes con este problema, a romper las dinámicas rentistas y de dejadez.
Hemos de tener presente los problemas que la situación actual está ocasionando, desde un punto de vista puramente urbanístico, con el riesgo de derrumbe de muchas de estas construcciones, el foco de plagas que supone, las agresiones vandálicas y robos a este patrimonio o la pérdida de identidad para las comunidades que este abandono conlleva. Asimismo, son numerosos los argumentos que hablan en favor de reutilizar y aprovechar lo ya existente frente a nuevas edificaciones, como respuesta a las demandas vecinales. La disminución de la contaminación, el menor gasto energético, el requerimiento de más mano de obra y menos maquinaria, la menor disrupción durante las tareas o el mantenimiento del valor histórico y cultural de muchos de estos edificios son solo algunas de las razones.
Como contrapartida, podemos esgrimir incontables argumentos a cerca de los beneficios de una gestión adecuada de estos espacios públicos, como el uso y disfrute de ellos por parte de los y las vecinas, de la comunidad, la reactivación social y económica que esto puede suponer, la ocupación personal –tanto de ocio para segmentos de población concretos, de jóvenes o mayores, como de trabajo o empleo–, la activación más allá del sector turístico, la formación, la fijación de población al territorio, etc.
La continuidad a través de una mesa de trabajo para avanzar en este proceso es una de las resoluciones tomada a raíz de este Espacio Abierto. La realización de un censo de infraestructuras y construcciones abandonadas de la Sierra de Aracena, la presentación a la administración pública de propuestas de uso conjuntas, y el consenso en torno a la movilización de personas y colectivos del territorio podrían establecerse como los primeros pasos de la hoja de ruta a trazar. La participación de varios ayuntamientos en el proyecto Inspira Territorio puede ser una primera puerta abierta para abordar esta problemática y tratar de buscar soluciones, desde el diálogo, desde los espacios abiertos.
Dani López García
Miembro de la asociación Los Pies en la Tierra
Coordinador de Inspira Territorio