(Firma: Sindicato UGT) Este año celebramos el Día Mundial del Refugiado en medio de un dramático cambio social. Una pandemia ha puesto a prueba nuestra fortaleza y ha puesto de relieve desigualdades sistemáticas. Pero también nos ha descubierto nuevas formas para conectar entre nosotros y ha renovado nuestra motivación para actuar en favor de la igualdad.
Asistimos con asombro, como se utiliza la vida de las personas en la política exterior de los países, como presión para conseguir unos objetivos, que solo por el hecho de utilizar la vida de personas como moneda de cambio pierden su razón de ser, si en algún momento la tuvieron.
Vemos, como los derechos de los refugiados que fueron recogidos en la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados de 1951 y su protocolo de 1967, no son respetados y tenidos en cuenta en la mayoría de los casos, hemos dado por bueno que el control de las migraciones sea el objeto principal o una clausula más en acuerdos firmados con terceros países, incluidos aquellos en los que el respeto a los derechos humanos de sus propios nacionales y obviamente de las personas migrantes, es más que dudoso o directamente inexistente.
El Mediterráneo se ha convertido en un gran cementerio, donde han quedado la vida y los anhelos de una vida mejor, de miles de personas, a los que en muchos casos no ponemos nombre ni cara, solo los que dejaron atrás, los echaran de menos y se preguntaran que fue de ellos.
España, es la frontera natural con África, afrontamos de primera mano lo que supone la emigración y los problemas que enfrentan los emigrantes y los que enfrenta el país, pero desde la UE, no se está haciendo una política realista en el tema de la emigración y en una integración real y efectiva de las segundas generaciones de emigrantes, lo que no da soluciones a los problemas que actualmente enfrentamos y los que vendrán en unos años debido a la falta de integración de las siguientes generaciones.
Todos estos problemas, los hemos visto en el último mes con la apertura de la frontera del país vecino, el cual dejo pasar a sus ciudadanos y a los emigrantes que tenían esperando para poder saltar la valla, en solo un día llegaron a pasar a nado a la ciudad de Ceuta unas 10.000 personas y todo por no estar de acuerdo con la asistencia medica de un representante del Frente Polisario, en un hospital español.
A todos estos problemas que sufren los migrantes, sumamos el aumento de los discursos xenófobos por parte de partidos de ultraderecha, a lo largo de toda la UE y que en algunos países están siendo contenidos pero que en otros han calado y han dado lugar a leyes xenófobas, que han consistido en la negativa a recibir a migrantes que provienen de países fronterizos como son Grecia, España o Italia, aunque esta última también cerro sus puertos a los refugiados en algún momento.
Desde UGT-Huelva solicitamos que se cumpla la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados de 1951, en la que se recoge:
– el derecho a no ser expulsado, excepto bajo ciertas condiciones estrictamente definidas;
– el derecho a no ser castigado por entrada ilegal en el territorio de un Estado contratante;
– el derecho al empleo remunerado;
– el derecho a la vivienda;
– el derecho a la educación pública;
– el derecho a la asistencia pública;
– el derecho a la libertad de religión;
– el derecho al acceso a los tribunales;
– el derecho a la libertad de circulación dentro del territorio,
– y el derecho a emitir documentos de identidad y de viaje.
Algunos derechos básicos, incluido el derecho a ser protegidos contra la devolución, se aplican a todos los refugiados. Un refugiado adquiere el derecho a otros derechos cuanto más tiempo permanezcan en el país anfitrión, derecho basado en el reconocimiento de que cuanto más tiempo permanecen en calidad de refugiados, más derechos necesitan.
Y no podemos olvidar que todos los países han vivido en algún momento de su historia situaciones críticas que han obligado a sus ciudadanos a huir a otros países, que todos queremos un futuro mejor para nosotros y los nuestros, que todos pedimos ayuda cuando lo pasamos mal y esperamos que nos ayuden.
Por ello, ahora, más que nunca UGT Huelva insta a todos los Gobiernos, comenzando por la CEE, a buscar las herramientas precisas y necesarias para poder proteger y dar cobertura a todos los miles y miles de personas que huyen de sus países, no de forma voluntaria, sino obligados por las guerras, por las matanzas indiscriminadas y por la falta de medios y de recursos para vivir con dignidad .