Hablamos con el artista malagueño Pablo López, que este viernes, 6 de agosto, recala de nuevo en Huelva con la gira Mayday&Stay Tour, en la que presenta su nuevo trabajo ‘Unikornio. Once millones de versos después de ti’, un viaje al encuentro de una luz que siempre estuvo ahí.
«Estoy sintiendo más amor que nunca en mi vida».
Pregunta.- Hace tres años te subiste por primera vez al escenario del Foro Iberoamericano de La Rábida con el tour ‘Santa Libertad’. Ahora, regresas de nuevo con Mayday & Stay Tour. Entre tanto, numerosos éxitos, canciones que ya son himnos y cuatro discos a la espalda ¿Qué queda del Pablo de entonces?
Respuesta.- Yo creo que queda absolutamente todo, no puede ser de otra manera. Lo único que voy sumando experiencia, años, emociones que son la savia y la semilla que plantará que haga que pueda volver todos los años que pueda al Foro y a Huelva en particular.
P.- ¿Por qué Unikornio?
R.- Porque una canción es casi un imposible. Yo creo que todos tenemos en la memoria canciones que podemos oír sin ningún reproductor. Es como una fotografía pintada en la parte neuronal. Una canción es lo mismo, nos acompaña toda la vida pero no la podemos tocar. Por eso el unicornio es casi un imposible, es la persecución de canciones a las que uno se va haciendo a la idea y acaba sumando un poquito de cicatrices pero de las bonitas cuando persigue hacer canciones, en esta caso Unikornio.
P.- ¿Qué se siente al volver a reencontrarse con el público?
R.- Es algo que por suerte no he perdido nunca. Dos o tres semanas después de que saliéramos del confinamiento salimos con el piano, cambiamos toda la morfología de gira que teníamos prevista y nos fuimos a hacer 30 conciertos y entonces digamos que teníamos el premio, pudimos enfrentarnos con amor y con alegría a las particularidades de cada lugar y eso nos hizo un poquito más fuertes para salir ahora con la experiencia y con un saldo cero de incidencias.
P-. ¿Cómo se lleva el pasar de recintos llenos hasta la bandera a espacios con aforo reducido y espectadores con mascarilla?
R.- Es algo que no te puedo negar que la parte visual desde el escenario al principio fue como perder una pequeña arista que es el final de un cuadro hermoso, pero el cuadro sigue ahí, y se produce una magia casi psicodélica que hace que se vuelvan a ver las cosas como siempre han sido. No hay bajada de intensidad ni bajada de energía. Todo lo contrario. Lo único que la visual hermosa de bombonera, de no ver una silla vacía se pierde.
P.- En alguna ocasión te hemos oído decir que eres afortunado de poder mirar a la gente a los ojos, pero… ¿cuánto echas de menos las sonrisas?
R.- Pues mira, que me maten por esto que voy a decir, pero no la echo nada de menos porque he visto las sonrisas más grandes de mi vida en estos últimos 62 conciertos más que en los antes, y no soy optimista desmesurado. Es verdad porque los ojos no mienten.
P.- ¿Se siente igual el cariño de quienes están enfrente?
R.- Se siente más. Es increíble cómo el público no solo está haciendo un esfuerzo por las medidas, pero por encima de todo esto se están solidarizando contigo. Estoy sintiendo más amor que nunca en mi vida.
P.- ¿Qué canción disfrutas más compartiendo con el público?
R.- Yo creo que es una suerte poder decir con la boca bien grande que las 20 o 21 canciones que cante pertenezcan a la historia de sus vidas. Es increíble cómo todo el mundo hace de cada concierto una historia en la que no hay ningún bajón emocional ni ninguna rareza. Me siento cómodo desde que doy la primera nota hasta me subo a la furgoneta.
P.- ¿Qué va a encontrarse los onubenses que vayan a verte el próximo 6 de agosto? ¿Alguna sorpresa de la que nos puedas dar una pista?
R.- Hombre, si hubiera sorpresa (risas) evidentemente quiero que lo sea porque eso es hermoso. Sí es verdad que Huelva es una tierra susceptible de que pasen cosas. Hay varios amigos que son artistas, el público en general es artista. No te puedo negar que cuando me voy de Huelva me voy un poquito del revés, para bien. Es como si estás con una muchacha y el revolcón deja heridas de las bonitas.
La sorpresa es la que me voy a llevar yo cuando vuelva a escuchar esa manera tan sentida y ruidosa para bien que tiene Huelva de tratarme.
P.- ¿Cómo has vivido el confinamiento? ¿Ha sido una época prolífica en lo creativo? ¿Con qué te quedarías de toda esta locura y qué desecharías por completo?
R.- El confinamiento lo viví con paz. Evidentemente con todos los achaques psicológicos, de dolor y de empatía con toda la gente que también lo ha pasado mal, pero he de reconocer, por poner una nota de sumar en vez de restar, que lo viví en paz, fue una parada obligatoria pero también reparadora, y la inspiración no tocó a mi puerta porque he de reconocer que soy una persona que precisa del contacto humano. Para poder pisar charcos tienes que salir a la calle; para poder abrazarte, pelearte, reconciliarte, abandonar algo o emprender algo nuevo yo preciso de todo lo que tiene que ver con lo que no estaba pasando en ese momento: del bullicio, de lo vertiginoso… A mí me han tenido que perdonar pero a mí no me inspiró nada que sea digno de contar en una canción.
P.- ¿Qué le pides al futuro?
R.- Al futuro le pido futuro y sobre todo que me dé fuerzas para poder seguir comunicando en el lenguaje más hermoso que hay que es la música.