Representantes de la Junta de Personal de Atención Primaria de Huelva han participado este lunes en una concentración de repulsa por la agresión a dos celadoras del centro de salud de El Molino. Los hechos sucedieron el pasado viernes cuando en la zona de triaje estas dos profesionales fueron agredidas por una pareja de usuarios; una de ellas recibió un golpe en la cara y a la otra compañera, tras intentar mediar, la agarraron por el cuello.
Con éstas, ya son tres las agresiones físicas sufridas por profesionales de la Sanidad en la provincia de Huelva; entre ellas apenas ha habido dos semanas de diferencia tras la agresión al vigilante de seguridad del centro de salud Adoratrices a finales del mes de enero.
El sindicato CSIF, que ha participado en la concentración, ha recordado además que las “agresiones verbales se dan a diario. Insultos, amenazas, provocaciones, vejaciones se producen en todos los centros diariamente”. Esta central sindical ha solicitado, una vez más, que en todos los centros de salud haya vigilantes de seguridad, una petición que el director gerente del Distrito Huelva-Costa ha rechazado argumentando que “no ve motivos para ello, siendo innecesario contar con esta figura en todos los centros”.
Finalmente, CSIF ha querido reconocer la labor de este colectivo que “si ya antes de la pandemia sufría las consecuencias del abandono de la Administración, ahora se encuentra en situaciones límite con escasos medios y recursos y una demanda asistencial elevadísima, como nunca antes se había vivido”. El sindicato remarca que “los profesionales son los que dan la cara, los que están en primera línea atendiendo al usuario, y son los que sufren las consecuencias del descontento de los pacientes por la nefasta gestión de la Administración que sigue sin dotar adecuadamente a la sanidad pública”.