Todo el término municipal de Aljaraque se encuentra en una situación privilegiada: a apenas 7 kilómetros de la capital, cerca de sus playas, en la desembocadura del río Odiel y a los pies del Paraje Natural Marismas del Odiel, uno de los sistemas marismeños más vivos de toda Andalucía, una auténtica joya de la Naturaleza.
Debido a su ubicación, Aljaraque ha sido un lugar muy atractivo para distintas gentes a lo largo de los siglos. Oficialmente, los primeros orígenes se remontan a los árabes, pero se han encontrado restos arqueológicos de la época de los íberos y los fenicios, por lo que probablemente ya fue un núcleo de población importante antes incluso de la época musulmana.
Municipio de estrecha vinculación marítima, la minería ha sido también otro de los atractivos de la región. Cabe recordar el pasado colonial inglés de Aljaraque, más en concreto de Corrales, donde se instaló la compañía The Tharsis Sulphur and Cooper Company, que explotaba las minas de Río Tinto y que, en cierto modo, sigue presente. La presencia británica, junto con la actividad en las empresas de la metalurgia, la estación de tren y el muelle de Tharsis, hicieron que Corrales fuera un centro neurálgico de la zona.
Esta actividad industrial se trasladó también a la agitación cultural de la localidad. Y es así como, en 1918, nace el Casino Minero Corrales. Pese a su nombre, esta institución se aleja de la idea de casino que tenemos en la actualidad. Se trata más bien de una de las múltiples sociedades recreativo-culturales que surgieron en España a finales del siglo XIX y principios del XX, y de las que llegaron a haber más de dos mil en su momento de máximo esplendor, aunque son pocas las que sobreviven en la actualidad. Una de ellas es esta centenaria institución de Corrales, hoy convertida principalmente en restaurante, aunque sigue ejerciendo de asociación cultural para sus socios.
Además de ofrecer una muestra de la gastronomía y el producto onubense, como la gamba blanca, también resulta un buen centro de operaciones para los amantes de la ornitología.
Así lo indica la web LonelyBirder.com, que se dedica a recomendar establecimientos donde comer y dormir a los amantes de los pájaros. Lonely Birder recomienda el Casino Minero de Corrales por su económico menú elaborado con productos locales y por su situación en la entrada del Paraje Natural Marismas del Odiel.
Se recomienda la visita a los aficionados a la ornitología en invierno, cuando se produce la mayor concentración de aves, por ejemplo, las crías de espátulas, la mayor colonia de Europa. Y también durante el periodo de paso migratorio, cuando se pueden ver distintas especies migratorias, especialmente las marinas. Además, durante todo el año hay también rapaces como el aguilucho lagunero o las águilas pescadoras, que residen en este paraje. Marismas del Odiel alberga la mayor concentración de parejas de este tipo de ave en toda la península ibérica.
Precisamente, hace unos días, la Junta de Andalucía y la Fundación Atlantic Cooper celebraron el Día Mundial de los Humedales en el Observatorio del Águila Pescadora, que se inauguró el pasado año en una zona antigua de la Ría de la Isla de Bacuta que se ha sido restaurada recientemente.
Además de las águilas pescadoras, en el Paraje Natural también son habituales las garzas reales e imperiales, grullas, flamencos o cigüeñas negras, entre otras aves.
El Paraje Natural Marismas del Odiel es cita obligada para los aficionados a la ornitología, que pueden aprovechar los atractivos de las poblaciones cercanas, como la gastronomía local. Pero estos humedales son también importantes para la conservación de la biodiversidad de otras especies, tanto animales como vegetales.
Junto con su incalculable valor ecológico, Marismas del Odiel puede ser también motor económico para los municipios colindantes gracias al turismo de naturaleza, visitantes que disfrutan no solo de las bondades naturales de la zona, sino también de otros atractivos como la cultura y la gastronomía.
