Una tradición onubense que no todos los turistas entienden cuando visitan nuestra tierra es el del consumo de huevas de pescado, ya sea como ingredientes de platos elaborados como en conserva. Sin embargo, lo que muchos de ellos no saben es que ya consumen estos productos en modalidades alternativas al caviar.
Las huevas, para muchos, son consideradas como un auténtico manjar, aunque también es cierto que hay una parte de la población para la que el producto no resulta demasiado atractivo, probablemente por desconocimiento de lo que se trata.
Las huevas de pescado (y/o marisco), como su propio nombre indica, es un producto que se obtiene de huevos de algunos tipos de pescados y otros animales procedentes del mar. En regiones como Rusia, Irán, Grecia o los países nórdicos son muy apreciados y forman parte importante de su gastronomía.
Propiedades de las huevas de pescado
Las huevas destacan por tener un alto contenido en proteínas, elemento imprescindible para la regeneración muscular del cuerpo humano y de ácidos grasos beneficiosos, como Omega 3, fundamentales para mantener el funcionamiento del cerebro y la salud del corazón.
Además, también tienen una gran cantidad de minerales importantes como el hierro, el fosforo y de vitaminas de tipo B y E, entre otras.
Empleo en la cocina
Como ingrediente para elaboración de platos, especialmente de cocina internacional, pueden utilizarse tanto cocinadas como crudas. Su empleo se asemeja mucho al que se realiza con el caviar, ya que hablamos de productos similares en su naturaleza.
En nuestro país, su consumo más habitual suele realizarse preparándolas cocidas o fritas y las más frecuentes son las huevas de merluza, bacalao o atún. Pero también existe una industria de una excelente calidad en preparaciones de huevas naturales de pescado en conserva para su consumo directo sin más preparación.
Otro producto bastante tradicional en nuestro país es la botarga, un proceso bastante antiguo de conserva que es muy fácil de preparar en nuestra propia casa.
Cómo se prepara la Botarga
Para su preparación se emplean huevas crudas que se colocarán en uno o varios recipientes con salmuera durante dos o tres días. Pasado este periodo de tiempo se les retira de la salmuera y se colocan entre dos tablas donde, mediante un prensado homogéneo, se irán secando.
Ya cuando el agua de la salmuera ha desaparecido por completo se les añade sal gorda y se les deja secar al aire durante otros tres días. A partir de entonces, ya según el gusto de cada uno, puede empezar a consumirse o dejar que sigan secando por más tiempo.
Su consumo es similar al de la mojama, aunque también se puede rayar y emplearlo como ingrediente para otros platos.
Como has podido comprobar, las huevas de pescado son un producto versátil y con muchas posibilidades. Únicamente hay que lanzarse a probarlas, si es que aún no lo has hecho.