Desde ‘Onubenses por una Sanidad Pública de Calidad’ (Onusap) queremos expresar nuestra más enérgica repulsa a las recientes declaraciones de la Consejera de Sanidad, Catalina García, sobre la negativa a realizar un hospital materno-infantil como edificio monográfico y ubicarlo habilitando una zona ya en uso dentro del Juan Ramon Jiménez.
Como hemos expresado con anterioridad, se vuelve a discriminar a nuestras mujeres y niños negándoles unas prestaciones que, no solo disfrutan en el resto de la comunidad, sino que además, son las recomendadas para una población con formas propias de enfermar y por tanto con necesidades diferentes de las de un hospital general.
Claro que podemos vivir 25 años más sin un materno-infantil adecuado, igual que sobreviviremos sin comunicaciones decentes, sin infraestructuras modernas y rodeados de fosfoyesos o residuos tóxicos. Podemos sí, seguir teniendo que llevar a nuestros bebes a operar de una simple apendicitis a Sevilla, aunque paguemos los mismos impuestos que en otras provincias. Y podemos seguir viendo niños compartir una reanimación postquirúrgica con adultos con infecciones, claro que sí.
Pero es que ya se trata no de lo que Huelva merece, se trata de una necesidad perentoria: el Juan Ramón es un hospital al que le están saltando las costuras, se nos ha quedado pequeño, obsoleto en menos de 30 años desde su inauguración. Basta consultar la hemeroteca: falta crónica de camas con horas de espera para ingresar, escasez de quirófanos que aumentan las listas de espera, escasez de plazas en el hospital de día oncológico, ausencia de especialidades con las que debería contar cualquier hospital moderno y que simplemente no tienen hueco.
Es sabido que la descapitalización que están sufriendo los hospitales de Riotinto e Infanta Elena, donde van desapareciendo especialidades día sí y día también, ha sobrecargado los servicios en nuestro hospital (hasta un 30% en Radiología, por ejemplo) sin aumento paralelo de las plantillas. La ausencia de Chares, que ni están, ni se les espera hace que no dispongamos de un mínimo alivio de esta presión.
La creación de un edificio anexo como materno-infantil, estamos convencidos, supone la única opción razonable para permitir el necesario crecimiento del Juan Ramón Jiménez. El modelo propuesto no va sino a constreñir aún más una infraestructura ya demasiado tensionada.
Pero si dolorosa es la amputación a que se va a someter a nuestra sanidad, mas dolorosa aun es la argumentación que se ofrece públicamente, llena de falsedades. Repite la consejera la existencia de unos supuestos informes técnicos que han aconsejado esta decisión, pero llevamos 6 meses solicitando se nos faciliten o se hagan públicos (de manera que atempere la inquietud social), sin obtener respuesta, vulnerando incluso la Ley de Transparencia vigente. Es más, los únicos informes disponibles son aquellos que repetidamente ha presentado el responsable del servicio de Ginecología y Obstetricia denunciando la insuficiencia del modelo propuesto, tanto para las necesidades presentes como para las futuras.
Los pediatras, por su parte, han denunciado también públicamente la insuficiencia de sus instalaciones actuales, que con el modelo propuesto quedarían igual y sin posibilidad de crecer con nuevas prestaciones que son necesarias.
La dimisión de ambos responsables por este motivo es algo a lo que la consejera debería responder públicamente. Sabemos están dolidos por tantos esfuerzos e ilusiones y tantas horas invertidas en un proyecto innovador y futurista que finalmente se arrojara por el WC.
La ausencia de estos informes vendría avalada por la existencia en estos meses de otros donde se argumenta en contra del traslado del materno-infantil a la clínica Blanca Paloma o al Hospital Vázquez Diaz (por cierto, argumentos calcados a los nuestros), es decir, da la sensación de haber invertido mas tiempo y esfuerzo en ideas peregrinas para escatimarnos un materno en condiciones, que en un proyecto realista y bien dimensionado
Se hace, finalmente, dando la espalda a los principales agentes sociales y entidades competentes en la materia (sindicatos, Colegios de Enfermería, médicos o matronas) sin ningún tipo de diálogo y sin que nadie que conozcamos haya podido analizar el proyecto que ahora se propone.
En definitiva, un nuevo escarnio a nuestra maltrecha sanidad, un paso mas en su degradación (si es que esto es posible) cuya lógica se nos escapa, salvo que se trate de un paso más para su demolición definitiva favoreciendo el modelo privado al que parece abocarnos el gobierno andaluz actual.
‘Onubenses por una Sanidad Pública de Calidad’