Tras un año de esfuerzo, el colectivo femenino ‘Mujeres por Doñana‘ presume de la calidad de sus uvas. Se pueden comer directamente de la cepa sin tener que lavarlas y su tamaño, grado y peso es excelente. Un producto que ha sido obtenido sin usar el temido glisofato y otros herbicidas que ya han sido reconocidos por casi todos los organismos oficiales como los causantes de que la vida natural -aves, mamíferos e insectos- esté desapareciendo a marchas forzadas de campos y bosques.
Es por ello que hace un año estas ecologistas decidieron usar a un grupo de burritos y una bandada de gansos para acabar con las hierbas de forma muy natural. La noticia despertó diferentes opiniones, pero lo cierto es que en solo unos meses lo que era un viñedo gestionado con productos químicos paso a ser un paraíso de vida.
El viñedo experimental se encuentra situado en el Santuario ‘Wendy Clements’, en Chucena (Huelva). Es en este recinto donde ‘Mujeres por Doñana’ desarrolla de forma altruista iniciativas para apoyar, de forma real y mediante el trabajo, actividades y propuestas para intentar mejorar este importante entorno natural.
Multitud de aves ya han escogido esta zona para alimentarse y vivir y sobre todo sorprendió que volvieron los erizos a un entorno de donde, prácticamente, habían desaparecido.
Pero el esfuerzo por la vida natural no acaba en la cosecha. Ahora están preparando un sistema de colmenas protegidas para que las abejas proporcionen una mejor polinización a la zona.
Hace solo unos días la Comisión Europea exigió a los Estados Miembros un endurecimiento en el control y uso de productos químicos en los cultivos. Seguramente ignoran que en un viñedo de Doñana-Huelva un grupo de mujeres, burritos y gansos ya se les han adelantado en esa inquietud.