Fue de una manera accidental. De esta forma ha tratado de explicar MJNB, el acusado de decapitar a un hombre en Huelva, lo ocurrido en octubre de hace dos años, durante el juicio que este lunes ha dado comienzo en la Audiencia Provincial. Además ha dicho que se arrepiente de lo ocurrido, que era como su hermano, siendo amigos desde pequeños, pero que todo ocurrió en el transcurso de una trifulca en el domicilio de CRM.
Según la versión del acusado, todo comenzó cuando se negó a darle droga, por lo que el fallecido le enseñó vídeos en los que aparecía una hermana del acusado, con problemas psiquiátricos, y en los que se la veía manteniendo relaciones sexuales con C.R.M.. Igualmente, ha dicho, que le mostró una foto de una sobrina y comenzó a masturbarse.
Este fue, según la versión del acusado, el detonante para una pelea en la que, durante un forcejeo, el fallecido cayó hacia atrás golpeándose en la cabeza.
El fiscal ha preguntando al acusado el motivo de la decapitación, a lo que ha respondido que se trata de un ritual que había aprendido en las cárceles de México, donde estuvo más de 10 años por robo. Según ha continuado relatando, tras morir CRM, perdió la noción del tiempo y del espacio a causa de las drogas, por lo que le cortó la cabeza, aunque sin recordar cómo, porque no era consciente de lo que hacía.
Sí ha relatado que siguiendo bebiendo y drogándose, recordando como al día siguiente fue a por la cabeza para lavarla y echarle champú, tras lo que se la llevó a la plaza Houston, porque el sitio donde ambos tomaban cerveza. Después la dejó en un árbol, se marchó y volvió a por ella.
La Fiscalía solicita una pena de 24 años de cárcel por asesinato y entiende que hubo alevosía en la muerte de C.R.M al que no considera que esté loco, sino que la maldad existe y que quería exhibir la cabeza como un trofeo.
La acusación particular pide, por su parte, 32 años y cinco meses de prisión, al considerar que se dan cuatro delitos: indefensión del fallecido, alevosía, robo con violencia e intimidación y un delito contra la integridad moral.
La defensa del acusado ha calificado lo ocurrido de homicidio, al no existir premeditación.