Llega el día de Todos los Santos y entre los cientos de tumbas que se erigen en recuerdo de los que ya no están hay una que destaca sobre las demás. En su lápida está escrito William Martin. No es especialmente reluciente ni tiene detalles ornamentales, pero su historia, cambió el rumbo de la II Guerra Mundial, fue llevada al cine y además, algunas investigaciones apuntan a que está vacía.
Hablamos con uno de los hombres que mejor conoce sus secretos, se llama Enrique Nielsen (su apellido inglés ya denota el porqué se llegó a interesar por esta historia) y junto a su amigo Jesús Copeiro es el autor de un libro que desenmaraña una de las mejores historias de espionaje jamás narrada: ‘William Martin. Operación Carne Picada’. Esta historia, además no surgió de la imaginación de un guionista de Hollywood, fue real y ocurrió en Huelva en 1943.
En esas fechas el ejercito británico simuló un accidente de avión y arrojó el cuerpo de un hombre muerto al mar con documentación especialmente relevante, la del lugar en la que los aliados en la Segunda Guerra Mundial entrarían en Europa para asestar un golpe definitivo a Hitler y el nazismo. La documentación obviamente era falsa, pero el ejercito Nazi picó el anzuelo y desplazaron tropas al lugar equivocado. El ejercito británico desembarcó en Sicilia y ocupó la Italia de Mussolini en un tiempo récord.
La idea tiene nombre propio, Ian Fleming, escritor, periodista y miembro de la Inteligencia británica que, posteriormente se haría famoso como creador del agente 007.
Nielsen explica que William Martin es el nombre que eligió el servicio de inteligencia británico para el cuerpo del protagonista de «una de las operaciones de engaño más ingeniosas de la Segunda Guerra Mundial, la ‘Operación Carne Picada’. La versión oficial dice que la tumba está ocupada por un vagabundo escocés que ingirió matarratas, pero esa versión ha generado otro tipo de investigaciones y Nielsen cree que posiblemente esté vacía.
La tumba pertenece al gobierno británico, y pese al interés que genera la historia para muchos investigadores, jamás se ha abierto porque no hay interés por parte de este país en desvelar la verdad oculta. Hoy día, decenas de súbditos británicos continúan viajando a Huelva para venerar a un cadáver que probablemente no esté ahí. (mientras se realizaba esta entrevista la tumba estaba ataviada con recuerdos de la Royal Air Force de Gibraltar).
Devoción británica hacia William Martin
A Enrique Nielsen esta historia le llegó casi por casualidad, fue el investigador Jesús Copeiro el que entrevistó al padre de Nielsen para averiguar más sobre aquella época y en esa conversación surgió el nombre de William Martin, desde entonces no se lo ha podido sacar de la cabeza, hasta el punto de sacar a la luz un libro con una de las mejores investigaciones sobre el tema, e incluso posteriormente, en ocasiones se da largos paseos hasta el cementerio para averiguar como está la tumba y si han dejado algún recuerdo en la lápida más famosa de Huelva. «Me gusta hacer el seguimiento de lo que han podido dejar allí militares y turistas».
Nielsen opina que la historia de William Martin no está lo suficientemente reconocida en Huelva «no se le da la relevancia que tiene, que es a nivel mundial», se lamenta.
Tras el éxito de su libro, le siguieron nuevas investigaciones, uno sobre Huelva en la I Guerra Mundial, donde descubrieron «de donde bebía el poso de lo que luego ocurrió en la segunda guerra mundial», junto a su amigo Jesús Copeiro. También escribieron juntos la historia del agente nazi que residía en Huelva y que fue vital en esta historia, Adolfo Clauss, y por último Nielsen se ha embarcado en contar la historia sobre el vuelo del Plus Ultra, otra de las grandes hazañas de Huelva.