¿De qué depende la tasa de alcohol?
La tasa de alcoholemia que se alcanza tras un consumo de este producto puede variar mucho. Por ello, aunque se crea conocer los límites, es realmente fácil que el alcohol acabe por jugar una mala sorpresa. Lo mejor es siempre no beber si vas a conducir, recomiendan desde la DGT:
Tras su ingesta, se absorbe en el aparato digestivo, aproximadamente un 20-25% en el estómago y la mayor parte en el intestino delgado, desde donde pasa a la sangre alcanzando la mayor concentración después de 30 – 90 minutos. La velocidad de absorción se puede modificar por:
- Los alimentos: la presencia de elementos en el estómago retrasa la absorción.
- El tipo de bebida: tanto las bebidas destiladas como las mezclas con bebidas gaseosas se absorben antes.
- El tiempo transcurrido: al principio de la ingesta se absorbe más rápido.
- El grado de habituación o tolerancia. Los bebedores crónicos importantes absorben más rápidamente el alcohol que los abstemios
Tras la absorción, la sangre, distribuye el tóxico por todo el organismo. A la cantidad presente en la sangre se la denomina alcoholemia, a mayor nivel de alcohol en sangre, mayores son los efectos sobre la conducción.
Tras la absorción, la mayor parte del tóxico (90-98%) se metaboliza en el hígado a una velocidad constante y otra parte se elimina sin metabolizar a través de la orina, el sudor y el aire espirado.