El Hospital Infanta Elena y la Asociación de Pacientes Laringectomizados de Huelva (APLH) han firmado este lunes un convenio de colaboración entre ambas entidades con el que se pretende regular el programa de voluntariado que realiza el movimiento asociativo de afectados en el mismo centro hospitalario con el fin de ayudar, acompañar y orientar a las personas que acaban de pasar por ese proceso a recuperar su vida.
El convenio, en cuyo acto de firma ha estado presente la delegada territorial de Salud y Consumo, Manuela Caro, así como el director gerente del Hospital Infanta Elena, Antonio Carrión y el presidente de la APLH, Gumersindo Salas, servirá para oficializar una línea de colaboración que ya se venía manteniendo entre ambas entidades y que pone de manifiesto la apuesta del Infanta Elena por la escucha activa de sus ciudadanos y la importancia de una atención integral a estos pacientes, atendiendo al Plan de Humanización que viene desarrollando el centro hospitalario.
En el acto han estado presentes, además del responsable del Servicio de Otorrinolaringología (ORL), Ventura Camino, otros miembros de su equipo que mantienen una línea de diálogo y colaboración abierta con el movimiento asociativo y que sirven de referencia y asesoramiento para la asociación en aquellos casos en los que el paciente o la propia entidad lo ha requerido. Gracias a este diálogo constante, no solo se ha aliviado parte de la ansiedad generada por los cuidados postquirúrgicos de esta intervención, sino que ha permitido mejorar el seguimiento y control de muchos de estos pacientes.
La laringectomía es una intervención quirúrgica en la que se extirpa toda o parte de la laringe, que se encuentra ubicada en el cuello, por encima de la tráquea. Está considerada la entrada a las vías respiratorias y es importante para la respiración, la deglución y el habla. Normalmente se realiza a consecuencia de la aparición de un cáncer, una lesión o necrosis por radiación en esa zona, donde están ubicadas las cuerdas vocales.
Después de la intervención, además del tratamiento contra el cáncer, el paciente debe adaptar la forma en que habla y respira, ya que la nariz y la boca ya no estarán conectados a la tráquea. Una situación que suele causar un gran impacto en los pacientes, que deben afrontar el tratamiento contra el cáncer y las nuevas condiciones de vida de forma súbita, causando problemas psicológicos y de autoestima muy importantes para el paciente y en el cuidado por parte de sus familias.
Contar con la ayuda de otras personas que ha pasado por lo mismo y que han recuperado el habla y mantienen una vida integrada resulta una ayuda fundamental en esos casos. El programa de voluntariado que regula este convenio es la respuesta a esa situación, que la delegada de Salud y Consumo ha querido poner en valor, destacando el alto valor del testimonio y el acompañamiento de la Asociación.
Los servicios de voluntariado se prestarán cuando exista una petición previa y expresa por parte de la persona destinataria del mismo o de su representante. La petición se formulará a través del supervisor de la planta en la que se encuentre ingresado o el facultativo responsable de su atención. En ese momento, el centro sanitario informará a la entidad de voluntariado sobre las personas que han solicitado sus servicios, si bien la información que se les suministrará será la estrictamente necesaria para facilitar el acceso de las personas destinatarias a los servicios de voluntariado.
La asociación, por su parte, viene trabajando también durante los últimos años en programas de información y formación sobre el paciente laringectomizado y sus familias, un plan de participación activa en el proceso educativo de la voz y rehabilitación de los laringectomizados, actividades de convivencia entre afectados por el cáncer de laringe y un programa de charlas informativas en colegios y otras entidades, orientadas a la lucha contra el tabaquismo y otros hábitos nocivos para la salud.