Clamor por los restos tartésicos. Huelva Te Mira ha registrado en la Consejería de Cultura más de 1.000 escritos individuales de Recurso de Alzada rechazando la Resolución de la Delegación de Cultura del pasado 29 de diciembre que autoriza el tapado de los restos del puerto protohistórico encontrados en el solar del antiguo edificio de Hacienda. La mayoría de los escritos fueron recabados en la concentración que la plataforma convocó el pasado jueves 26 de enero delante del yacimiento con el lema “Huelva tartésica también existe”, a la que asistieron entre 800 y 900 personas según la organización. La asociación tiene constancia de que, además, otras muchas personas y diversas organizaciones han registrado por su cuenta más recursos.
Huelva Te Mira valora muy positivamente la respuesta masiva a la concentración y a la firma de recursos en plena calle, a pesar de las bajas temperaturas y del intento de desactivación por parte de la Delegación del Gobierno con la reunión de urgencia que organizó el lunes 23. “Es una muestra de que la sociedad onubense está ya muy sensibilizada, muy harta del continuado desprecio al patrimonio local y cansada de promesas incumplidas”, declara el colectivo.
La asociación considera insuficientes las sucesivas declaraciones de la Delegada del Gobierno Andaluz en Huelva (promotor de la obra) en las que parece dar marcha atrás en su decisión de sepultar los restos. El colectivo, que ha presentado su propio recurso de alzada en un documento más extenso con nueve puntos, advierte de una posible solución precipitada por parte de la Administración por querer reanudar las obras cuanto antes.
“Si de verdad se desea integrar el puerto protohistórico, en primer lugar hay que confirmar con estudios geotécnicos e informes independientes la viabilidad o inviabilidad de integrar los restos in situ, sin desmontar ni desplazar las estructuras, buscando el sistema constructivo adecuado para hacerlo.
Terminar la investigación del Puerto Tartésico
Debe terminarse la investigación y documentación completa de la parcela. Hay que planificar la puesta en valor y musealización de la futura cripta arqueológica y, con todo ello, adecuar el proyecto arquitectónico a esos nuevos usos, modificando la distribución y el sistema estructural si fuera necesario, habilitando salas expositivas diáfanas y accesos independientes para el edificio administrativo y el espacio cultural, entre otras cuestiones”, recalca Huelva Te Mira.
Los recursos presentados advierten diversos incumplimientos en las propuestas que la Junta de Andalucía está planteando. Así, las Instrucciones Particulares del BIC Zona Arqueológica de Huelva considera excepcional la construcción de sótanos y vincula en todo caso la ejecución de éstos a la integración de los restos. “Sin integración no puede haber sótano” concluye la asociación.
Además, las leyes estatal y andaluza de patrimonio prohíben el desplazamiento de los restos salvo que sea por causa de fuerza mayor “¿lo es el nivel freático no contrastado por informes independientes?” se pregunta el colectivo. También destaca el derecho que la Constitución Española y el Estatuto de Autonomía de Andalucía otorgan a la sociedad onubense a disfrutar del acceso a la cultura y a todo el patrimonio sin discriminación respecto a otros territorios, “algo que no está sucediendo ya que en Huelva, con nula valorización de su patrimonio, se están aplicando criterios diferentes a los de otras capitales.
Parece que las comisiones provinciales de patrimonio funcionaran como reinos de taifas”, denuncian, recordando que el caso de antiguo solar de Hacienda es sólo la gota que colma el vaso: “No nos olvidemos que La Joya, legado crucial de Tartesos en Huelva, está siendo defendida por la sociedad onubense en los tribunales frente a la dejación de funciones del Ayuntamiento y de la Junta de Andalucía”.
Finalmente, en los recursos se reclama el cumplimiento de convenios internacionales ratificados por España como el Convenio de Florencia o el de Faro que reconocen el derecho de la sociedad a participar en la identificación y gestión del patrimonio cultural que han generado sus antepasados “superando la resistencia de la Administración que también se manifiesta en Huelva”.
Gran parte de los argumentos desarrollados en los recursos están recogidos en el Manifiesto que cerró la concentración del pasado jueves, leído por jóvenes estudiantes del 1º de Bachillerato del IES Fuentepiña y que se reproduce al final. Las generaciones que nos preceden tiene derecho a disfrutar de una ciudad con historia, con memoria, con identidad, como la hemos heredado de nuestros mayores, mejorada y puesta en valor.
HUELVA TAMBIÉN EXISTE MANIFIESTO TARTÉSICO
La ciudad de Huelva se encuentra en un territorio excepcional caracterizado por el estuario del Tinto y Odiel, las marismas y los Cabezos. Un privilegiado medio que proporciona una rica biodiversidad y el soporte para la ocupación continuada del territorio desde hace más de 5.000 años hasta nuestros días. Sus frutos son un patrimonio natural y cultural extraordinario que constituye el paisaje cultural identitario onubense y que, no lo olvidemos, pertenece también a toda la Humanidad.
La existencia de un excepcional patrimonio histórico, mayoritariamente subyacente en el subsuelo, ha valido la catalogación de gran parte de la ciudad como Bien de Interés Cultural Zona Arqueológica de Huelva en 2001.
Pero lamentablemente la sociedad ha permanecido ajena a la conciencia de esta riqueza patrimonial porque ha fallado la transferencia del conocimiento y su incorporación a las políticas públicas en los ámbitos docente, cultural y urbanístico.
La ciudad de Huelva ha sufrido una extraordinaria transformación durante la segunda mitad del siglo XX que sigue hoy en día. Políticas públicas y planes urbanísticos insensibles al paisaje cultural y a su valor social, han arrasado la mayor parte del patrimonio heredado como el puerto tartésico.
El Casco Antiguo ha perdido más del 80% de su arquitectura residencial. Un buena parte de los cabezos han sido desmontados, amputados o han quedado irreconocibles. El Plan General vigente, aprobado en el siglo pasado, considera los cabezos como “vacíos urbanos” a los que ha conferido unos aprovechamientos urbanísticos muy especulativos. Hoy esa amenaza sigue presente en La Joya, Mundaka, Roma y lo que queda de San Pedro. La Ría y las marismas se han visto comprometidas con actividades industriales contaminantes perdiendo usos artesanales más sostenibles.
Huelva también ha sepultado o destruido una buena parte del patrimonio arqueológico que se ha venido descubriendo desde los años 70 del pasado siglo. Así, hemos perdido oportunidades únicas de conocer y poner en valor numerosos restos de Tartesos, de la Onoba romana o de la Welba medieval en las calles del centro. Las pocas integraciones realizadas son ejemplos fracasados o claramente insuficientes, como los restos romanos bajo la tienda Sfera o la muralla protohistórica de San Pedro bajo el supermercado El Jamón.
Salvo en contadas excepciones como la defensa del Parque Moret, del Parque de la Esperaza o la ermita de La Soledad, la sociedad onubense ha asistido como espectadora impasible mientras le arrebataban su paisaje cultural.
En enero de 2016, ahora hace justo siete años, el expolio del yacimiento La Orden Seminario provocó una movilización ciudadana sin precedentes que se tradujo en el despertar de la conciencia colectiva sobre el patrimonio identitario onubense. Fue el surgimiento de Huelva Te Mira que se sumó a organizaciones preexistentes; otras han venido después.
Desde entonces, la sociedad onubense está ávida de conocer su pasado y su presente. Y anhela formar parte de la toma de decisiones sobre su futuro porque tiene derecho a participar en la identificación, la decisión y la gestión del patrimonio cultural que sus propios antepasados originaron. Un derecho reconocido en convenios internacionales ratificados por España como el Convenio Europeo del Paisaje o el Convenio de Faro.
En no pocas ocasiones la sociedad se ve obligada a defender el patrimonio de la propia Administración que debe garantizar el interés general, el bienestar de la población y el acceso a todo tipo de patrimonio. Es el caso del Cabezo de la Joya, con una de las necrópolis tartésicas más relevantes de la Península Ibérica, y el Cabezo Mundaka, ambos amenazados por planes urbanísticos municipales recurridos ante el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía por dos colectivos onubenses, Huelva Te Mira y Ecologistas en Acción. Y está sucediendo con el puerto protohistórico descubierto hace unos meses en el solar del antiguo edificio de Hacienda, que hoy nos ha convocado aquí.
Su hallazgo tiene una gran importancia pues permite conocer uno de los elementos funcionales característicos de la ciudad tartésica. A pesar de ello, la Junta de Andalucía, promotora de la obra y además encargada de la tutela del patrimonio histórico, ha decidido aplicar en Huelva criterios muy diferentes a los de otras ciudades andaluzas: sepultar los restos bajo toneladas de hormigón armado impidiendo posteriores investigaciones y su puesta en valor. Justifica la imposibilidad de integración en la existencia del nivel freático, según la única opinión recabada, la del director de la obra.
Esta semana, tras el revuelo social y ante la inminente campaña electoral, la Delegación del Gobierno está proponiendo como solución alternativa desmontar el puerto “trocito a trocito” y desplazarlo a otro lugar, una propuesta que inclumple las leyes de Patrimonio española y andaluza que beneficiarían al puerto tartésico.
Ambas consideran inseparable el yacimiento de su entorno, prohibiendo su desplazamiento salvo causa de fuerza mayor. ¿Dónde está la causa de fuerza mayor en este caso? Sorprende que ante la importancia del hallazgo, Cultura no haya recabado todavía un informe alternativo independiente. En ciudades como Sevilla o Cádiz el nivel freático no ha sido impedimento para integrar yacimientos.
El caso del puerto tartésico es la gota que colme el vaso. Huelva está cansada de desprecios y de promesas incumplidas como ha sucedo con las infraestructuras de transporte y sanitarias que nunca llegan, con La Joya, Los Cabezos declarados Monumento Natural o con el Museo Arqueológico y el Banco de España.