En una muestra de protesta contra la degradación ambiental y en defensa de uno de los espacios naturales más importantes del territorio, un grupo de jóvenes ecologistas ha llevado a cabo una acción de sabotaje contra un pozo ilegal ubicado en el entorno de Doñana.
Doñana, reconocido como uno de los espacios naturales más importantes de Europa y declarado Patrimonio de la Humanidad, se encuentra amenazado por la explotación irresponsable de recursos naturales y la complicidad de los distintos gobiernos responsables. Situado junto a un terreno de Explotaciones Agrícolas Molina S.L El pozo ilegal contra el cual se ha dirigido la acción de sabotaje representa una clara violación de las tibias leyes medioambientales y por sí mismo pone en peligro la biodiversidad única de la región.
Cada pozo reproduce la injusticia que supone este modelo económico que pretende crecer descontroladamente sin tener en cuenta los límites físicos del planeta y la dignidad de las personas. De este pozo en concreto, se suministraba agua contaminada por nitratos, debido a la actividad agrícola intensiva, alas personas que viven en asentamientos de chabolas del entorno. El ayuntamiento debe responsabilizarse de asegurar algo tan básico como un acceso seguro al agua para estas trabajadoras que generan la riqueza de estos municipios.
Recientemente, un Informe geológico del Instituto Geográfico y Minero alerta: la única solución para salvar Doñana en mitad de esta sequía empieza por reducir a la mitad las extracciones de agua subterránea. El equipo de activistas, comprometidos con la protección del medio ambiente y la lucha contra el cambio climático, ha llevado a cabo esta acción de desobediencia civil en un contexto de efervescencia en el movimiento climático: una semana después de la gran movilización de más de tres mil personas en Sevilla de ‘Salvemos Doñana’ , tras las acciones en Madrid de “Así No Hay Quien Viva” y en paralelo a acciones de “Rebelión Científica” en Sevilla, como demostración conjunta de diversas herramientas posibles y culpables a quienes señalar.
Esta acción, en el municipio onubense de Lucena del Puerto, ponía en el objetivo a los grandes agricultores ilegales , y llamar la atención de las autoridades competentes y la opinión pública sobre la urgente necesidad de detener estos actos perjudiciales para nuestro ecosistema.
En el vídeo que han compartido por redes sociales, incitan a quienes se encuentren con algún pozo ilegal, a ejercer del mismo modo. Ante la incapacidad de las instituciones para arreglar este problema (con procesos judiciales que se alargan hasta doce años durante los cuales el empresario ya ha abierto otros pozos y consigue un beneficio económico inmensamente mayor al que le supone luego la presunta multa), lanzan este TikTok a modo de “vídeo tutorial” con el que pretenden inspirar y motivar a la acción directa.
Conciencia sobre la importancia de Doñana
Esta acción de sabotaje tiene como objetivo «despertar conciencia sobre la importancia de proteger y preservar los recursos naturales para las generaciones presentes y futuras». El grupo de activistas climáticos resalta que «Doñana es un hábitat crucial para numerosas especies en peligro de extinción y un refugio para millones de aves migratorias cada año».
Al dañar el pozo ilegal hasta inhabilitarlo, los activistas pretenden denunciar las prácticas insostenibles que ponen en riesgo la integridad ecológica de Doñana y actuar directamente sobre conflicto local. Esta acción se lleva a cabo como último recurso, tras numerosos intentos de peticiones de acciones legales por parte de las organizaciones medioambientales pertinentes, que hasta ahora han caído en oídos sordos.
El sabotaje puede ser una forma legítima de lucha contra la opresión y explotación capitalista que aquí se manifiesta. Las ciudadanas podemos recurrir al sabotaje como una táctica para resistir las condiciones ecológicas injustas, expresar nuestro descontento y presionar a los agricultores ilegales para que se reinventen de una vez en base a la crisis climática.
Sin embargo, queremos destacar la importancia de la organización colectiva y la lucha política consciente. Desde esta perspectiva, el sabotaje individual o aislado puede ser insuficiente o incluso contraproducente, por el conformismo que puede suponer o para la acogida pública.
Enfatizamos en la necesidad de construir movimientos sociales organizados y fortalecer la solidaridad de clase para lograr cambios sociales, ecológicos y económicos significativos que busquen superar las estructuras capitalistas como se reproducen aquí con la agricultura intensiva. Así, entendemos que el sabotaje puede tener un papel táctico en el proceso de lucha revolucionaria pero no lo es todo.
El grupo de activistas climáticos asume la responsabilidad de esta acción, pero también subraya la responsabilidad compartida de proteger nuestro entorno natural. Hacemos un llamado a las autoridades competentes para que investiguen a fondo este pozo ilegal y tomen medidas legales inmediatas contra aquellos que violan las leyes medioambientales, y llamamos a la población para la movilización masiva contra este despropósito y similares que hay sufren otros territorios. Decidamos sobre cómo relacionarnos con nuestro entorno.
No defendemos Doñana, somos Doñana defendiéndose. Este acto de sabotaje debe ser considerado como una señal de alerta y un llamado a la acción urgente para proteger y preservar el entorno natural de Doñana y otros espacios naturales de importancia vital en todo el mundo. Hasta que esto ocurra, seguiremos defendiéndonos.