La energética, que actualmente es uno de los principales fabricantes y suministradores de combustibles para la aviación del mercado español, produce este combustible sostenible en su Parque Energético La Rábida (Huelva) a partir de residuos orgánicos, como aceites usados de cocina o deshechos agrícolas, entre otros.
Aviación en Cepsa
De esta forma, Cepsa consolida su propósito de convertirse en un referente en el sector de las energías limpias y liderar la descarbonización del transporte aéreo.
Este nuevo paso de la energética contribuye al conjunto de medidas Fit for 55 de la Comisión Europea, que incluye la iniciativa legislativa ‘ReFuelEU Aviation’, cuyo objetivo es impulsar los biocombustibles de aviación en la Unión Europea, alcanzando un uso del 2% en 2025, del 6% en 2030 y del 70% en 2050. Asimismo, apoya varios de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030: ODS 7 (Energía asequible y no contaminante), ODS 8 (Trabajo decente y crecimiento económico), ODS 12 (Producción y consumo responsables) y ODS 13 (Acción por el clima).
Dentro de su estrategia Positive Motion, Cepsa está desarrollando un ecosistema centrado en acelerar la descarbonización de los clientes industriales, el transporte pesado, así como de la propia compañía, mediante la producción de moléculas verdes, principalmente hidrógeno renovable y biocombustibles. En concreto, con el objetivo de impulsar la descarbonización de la aviación, la compañía aspira a liderar la producción de SAF en España y Portugal, con una capacidad de producción anual de 800.000 toneladas en 2030, una cantidad de combustible sostenible suficiente como para sobrevolar 2000 veces el planeta.
Cepsa ha alcanzado acuerdos de colaboración con las principales aerolíneas que operan en España para impulsar juntos la descarbonización del sector aéreo. En concreto, la energética tiene alianzas con Iberia, Iberia Express, Vueling, Air Nostrum, Binter, TUI, Etihad, Wizz Air y Volotea.
Para garantizar el suministro de SAF a sus clientes, Cepsa va a desarrollar la mayor planta de biocombustibles de segunda generación del sur de Europa, junto a Bio-Oils, mediante una inversión de hasta 1000 millones de euros.
Cepsa ha establecido una ambiciosa hoja de ruta para recortar sus emisiones, situándose entre las compañías referentes de su sector. En concreto, en 2030, reducirá sus emisiones de CO2 (alcance 1 y 2) en un 55% respecto a 2019 y aspira a alcanzar cero emisiones netas en 2050 e ir más allá, contribuyendo positivamente (Net Positive).