Cosas que me ponen nerviosa: las puertas de los armarios abiertas y las bibliotecas perfectamente ordenadas.
Ordenar la librería por colores está muy bien cuando tu memoria está en mejores condiciones que tu vista.
Esperar a que pasen los flamencos para reanudar la lectura.
Sueño con un poema tan perfecto como una puesta de sol en agosto.
La clave está en romper. Romper todo lo que has escrito, romper con todo lo escrito, romper con las afinidades, las teorías y las generaciones. Dice más de mí lo que acaba en la papelera que lo que termina publicado.
“Siempre digo que mis mejores novelas fueron dos o tres que nunca escribí, que solo pensé, y que después simplemente se me olvidaron para siempre.” Juan Tallón, escritor.
Vuelvo a escuchar «Rumours». Da igual el mes del año en que lo haga: en las canciones de Fleetwood Mac siempre es verano.
Frente a las playas de chiringuitos chill out, cuerpos perfectos y precios prohibitivos, yo reivindico la playa familiar, los castillos de arena, el tardeo con partida de cartas y pipas.
Cuando despertó el flotador de unicornio, la tabla de pádel surf, la nevera, las hamacas, la sombrilla, la toalla mandala, la pala con mango de madera y los manguitos todavía estaban allí. (Monterroso Summer Edition)
Esa foto de Paul Newman en la playa del Lido durante el Festival de Venecia de 1963. Esa foto.