La Plaza de la Soledad se convirtió este lunes en punto de encuentro de amantes de la buena cocina en Binómico. El céntrico enclave de la capital onubense se transformó, gracias al Escenario Cruzcampo, en un lugar donde la gastronomía fue la protagonista indiscutible.
Al caer la tarde, las sillas comenzaron a llenarse, la expectativa crecía y la carpa, montada especialmente para la ocasión, cobijaba a los asistentes. Daniel del Toro, en su papel de maestro de ceremonias, dio el pistoletazo de salida al presentar a los primeros chefs: Fabián Rodríguez y Domingo Ramos.
Rodríguez, bajo el encabezado “La cocina caribeña”, no solo cocinó, sino que narró su historia, tejida entre fogones y recetas, y guio a los asistentes por un viaje desde sus inicios profesionales hasta la actualidad, en la que es propietario de Rocoto Sabores Únicos. Su pasión por los sabores tradicionales como los bollos y arepas, así como la innovadora cocina en leche de coco, hizo las delicias de los allí presentes.
Desde el sur, Gonzalo Centurión aportó el toque uruguayo de la tarde. Su presentación del chivito clásico, un manjar declarado Patrimonio Gastronómico de Uruguay, dejó a más de uno con la boca hecha agua.
Aunque la lluvia intentó, sin éxito, ser protagonista, María Ángeles Barroso irrumpió con “Los sabores de Cartaya”, transportando a los presentes a la costa de Huelva con sus exquisitas creaciones. Zaida Cote, con su cocina ancestral de la guajira, y Jonathan Silva, se encargaron de poner el punto final a la jornada. Su enfoque en las tradiciones Wayuu y el respeto por la cocina de antaño capturaron la esencia de lo que Binómico representa.
Pero no todo terminó en el escenario. Los 10 food trucks, con sabores de ocho nacionalidades distintas, prometen continuar el festín hasta el próximo miércoles, garantizando que en Binómico, la gastronomía no tiene fin.