Operarios municipales han trabajado durante toda la noche para acabar con un símbolo de Huelva, la gran palmera centenaria de la Plaza Quintero Baéz, ha sido troceada y retirada para siempre, para evitar el peligro que podría suponer en caso de derribo. Superó a Bernard con entereza, pero esa fue su última gran hazaña.
La palmera y su peligro estructural
Apenas unas horas antes el 1er teniente alcalde de Urbanismo y Medio Ambiente, Felipe Arias; acompañado por la concejal de Infraestructuras y Servicios Públicos, Mariló Ponce; y el jefe de Servicio del Departamento de Parques y Jardines del Ayuntamiento de Huelva, presentaron las conclusiones del estudio al que se ha sometido la palmera de la plaza Quintero Báez esta semana para comprobar su estado tras el paso del temporal Bernard. Así, tal y como recoge este informe, y atendiendo siempre a las recomendaciones de los técnicos del Servicio de Parques y Jardines del Ayuntamiento de Huelva, “es necesario talar de forma controlada la palmera para garantizar la seguridad de los ciudadanos”.
Entre otras conclusiones, los expertos aseguran que, teniendo en cuenta el estado actual de la palmera se encuentra muy mermado, “como ser vivo, dada su avanzada edad, su historial de patologías y defectos, y los daños surgidos tras la última borrasca”. Además, prosigue el informe, “su emplazamiento en una plaza céntrica de la ciudad, con permanente y elevado tránsito peatonal y de tráfico rodado, representa un altísimo punto de diana ante un posible fallo estructural y rotura del ejemplar”.
Madera podrida
Los técnicos municipales han podido comprobar tras la tala que, efectivamente el estado de la anciana palmera era ya deplorable, e incluso los trozos de madera se podían ya partir con las manos tal y como se puede comprobar con este vídeo distribuido por redes sociales. «El riesgo de caída era inminente. Un árbol en esas condiciones es imposible apuntalar ni sujetar de ninguna manera», apuntan fuentes municipales.