Anoche, la capilla de la Real Hermandad de Emigrantes de Nuestra Señora del Rocío se convirtió en el epicentro de la emoción y la devoción rociera, con la esperada exaltación de Mariola Figueredo González. Anticipada como un relato sincero y conmovedor que fluiría del corazón, Mariola prometió un viaje a través de recuerdos y vivencias que tocarían las almas y fortalecerían los corazones de los presentes.
Desde la presentación de Mariola por el vicepresidente de la filial rociera José Brioso, la expectativa estaba en aumento. Brioso aseguró que la exaltación de Mariola nos llevaría por un viaje lleno de símbolos y momentos que definen nuestra devoción como rocieros, explorando no solo la fe y la tradición compartida, sino también el amor incondicional y la esperanza que nos impulsa en nuestro peregrinar hacia la Blanca Paloma.
En un ambiente impregnado del aroma y los sonidos del Rocío, Mariola cuidó cada detalle para esta ocasión especial. Recordó su infancia y sus primeros pasos como rociera en la Hermandad de Huelva, destacando momentos significativos como la peregrinación a caballo en un año especial para ella.
Entre los momentos destacados de la noche estuvo el relato sobre su hijo, expresando su deseo de transmitirle el mismo amor y devoción por la Virgen del Rocío. Cantares de Huelva y Carmen García también contribuyeron con su arte a la atmósfera emotiva de la velada, los primeros cantando ‘Rocío Guapa’ y las sevillanas ‘Para decirte Pastora’, mientras que la segunda interpretaría con la flauta y el tamboril ‘Tu mirada’.
Mariola también recordó los desafíos enfrentados durante los años en los que la peregrinación al Rocío se vio interrumpida, subrayando la fuerza de la fe y la unión de los rocieros incluso en tiempos difíciles.
50 primaveras de emigrantes
La conmemoración de las cincuenta primaveras de Emigrantes estuvo presente en sus palabras, así como el reconocimiento a la comunidad rociera y a aquellos que han sido parte de su camino.
La noche concluyó con la entrega por parte del presidente de Emigrantes, José Francisco Garrido Cruzado, y la hermana mayor Mariló Palanco de obsequios a Mariola, Cantares de Huelva y Carmen García, seguida del canto de la Salve por el coro infantil de la hermandad y los vivas a la Virgen del Rocío, el Pastorcito Divino y la Hermandad de Emigrantes.
La exaltación de Mariola Figueredo González fue un tributo emotivo a la devoción y la tradición rociera, uniendo a la comunidad en un momento de comunión y reflexión.