El mítico tenor onubense Guillermo Orozco ha muerto en la mañana de este martes, 2 de abril, a los 57 años, en el hospital Vázquez Díaz de Huelva, la ciudad que lo vio nacer, tras una larga enfermedad. Una triste noticia que ha inundado las redes sociales de muestras de condolencias de amigos, instituciones y ciudadanos que han querido mostrar su cariño y respeto «a una de las voces más bellas que ha dado la lírica española», tal y como reza uno de ellos.
Guillermo Orozco comenzó sus estudios musicales en Huelva y posteriormente, a los 19 años, se trasladó a Madrid, donde estudió técnica de canto y repertorio con el maestro Pedro Lavirgen.
Profesionalmente, el tenor onubense abarcó todos los géneros líricos, actuando en los principales teatros españoles y extranjeros: Teatro Real de Madrid y Teatro de la Zarzuela de Madrid, Liceo de Barcelona, Maestranza de Sevilla, Palacio de Festivales de Santander, Teatro Pérez Galdós de Las Palmas, etc.; así como en Italia, Francia, Portugal, América del Solemne de Santa Cecilia de Gounod, la Misa de la Coronación de Mozart, Misa de Gloria de Verdi y la Novena Sinfonía de Beethoven.
Además, trabajó con directores musicales de la talla de Jesús López Cobos, Enrique García Asensio, Luis Fernando Pérez, Miguel Ángel Gómez Martínez, Miguel Roa García, Miquel Ortega, Vladímir Spivakov, José Callado, Plácido Domingo, Manuel Moreno-Buendía, Manuel Ivo Cruz, Chris Nance, Tulio Gallardo, Ricardo Chiavetta, etc. Y con directores de escena como Gian Carlo del Mónaco, Javier Ulacia, Mario Gas, Jaime Martorel y Luis Villarejo, entre otros.
Durante su carrera, Orozco obtuvo más de doce premios internacionales de canto: Logroño (1995 y 1979), Francisco Alonso (1995), J. Guerrero (1996), J. Gayarre de Pamplona (1996), Real Villa de Arganda (1997), Luís Mariano (Irún, 1997), Acisclo Fernández (Madrid, 1998), Pedro Lavirgen (Córdoba, 1998), etc.