El coordinador de Sumar en la provincia de Huelva, David F. Calderón, ha defendido este sábado las políticas de Sumar de cara a las elecciones al Parlamento Europeo del próximo 9 de junio que incluyen un Pacto Europeo de Migraciones que tendría una amplia repercusión en la provincia de Huelva, donde las condiciones de vida de las temporeras agrícolas continúan siendo manifiestamente mejorables, con decenas de campamentos chabolistas que acogen a más de 3.000 personas, vulnerándose los derechos humanos.
Calderón ha insistido en que hay que transformar el modelo de producción para impulsar un desarrollo económico sostenible que garantice condiciones de vida dignas para las personas temporeras que vienen a aportar riqueza y diversidad a nuestra provincia. “El sector agrario onubense es el primer interesado en blindar los derechos humanos de las trabajadoras y trabajadores temporeros, garantizar una alternativa habitacional a las chabolas y erradicar el fraude en los contratos, en el marco de una Europa social y verde en la que Andalucía debe liderar las garantías constitucionales, los derechos fundamentales y las libertades públicas desde el sur, desde un enfoque que sitúe a las personas en el centro», ha afirmado.
Por ello, una de las prioridades de Sumar en la próxima legislatura del Parlamento Europeo será la derogación del Pacto Migratorio Europeo que la Eurocámara aprobó el pasado abril y al que la Comisión Europea dio el visto bueno recientemente en una Europa “neoliberal sin alma”.
Este Pacto, ha dicho Calderón “es una amenaza directa contra los derechos humanos. Es profundamente insolidario, pero no solo con las personas, también con los Estados del sur, como España, que reciben presiones para la expulsión de las personas migrantes”.
Calderón ha detallado que el programa Europeo de Sumar incluye el compromiso de renegociar un Pacto Europeo de Migración y Asilo garantista, solidario y con pleno respeto a los derechos humanos; asegurar el rescate en el mar, “para que el mediterráneo deje de ser una tumba”, promover sistemas de acogida dignos en todos los estados miembros, erradicar las devoluciones en caliente y desmilitarizar las fronteras, estableciendo sistemas de observación del cumplimiento de los derechos humanos. “Para ello, es necesario garantizar que las políticas migratorias a nivel europeo y estatal primen el factor humano, articulando sistemas de tolerancia cero al racismo y la aporofobia”.