Con el traslado de la imagen de Santa Ángela desde la iglesia parroquial hasta su altar junto al convento de las religiosas, continuaron el domingo los actos con los que Moguer está celebrando el 75 aniversario de la llegada a la ciudad de las Hermanas de la Cruz. El obispo de Huelva, Santiago Gómez, presidió la función principal del triduo conmemorativo así como el posterior traslado de Santa Ángela a hombros de jóvenes costaleros de la ciudad.
Ya el Ayuntamiento aprobó en su última sesión plenaria un reconocimiento institucional a las hermanas de la Cruz, un documento que contó con el apoyo unánime de toda la corporación, en el que se destacaba la extraordinaria labor solidaria, formativa y de entrega a los demás que durante todos estos años han realizado en Moguer las integrantes de esta congregación, que han sido ejemplo permanente de atención y compromiso con los más desfavorecidos.
Al paso de la imagen de Santa Angela por el consistorio local, el alcalde Gustavo Cuéllar dio lectura y entregó a las Hermanas de la Cruz la felicitación institucional del Ayuntamiento que pone en valor la ingente labor solidaria y de entrega a los demás que las humildes Hermanas de la Cruz vienen realizando desde que arribasen las primeras monjas a Moguer el 15 de octubre de 1949, precisamente en la festividad de Santa Teresa de Jesús.
Ese primer grupo de religiosas se instaló en la vivienda que les cedió generosamente María Josefa Piñar y Pickman para establecer un hospital que fuese atendido por esta congregación.
A partir de entonces, las Hermanas de la Cruz han dedicado todos sus esfuerzos a la ayuda desinteresada y al servicio de las personas más necesitadas, siempre con el amor, la entrega y la humildad por bandera, una labor de compromiso constante que ha dejado una huella imborrable en la localidad que estos días les rinde homenaje.
A lo largo de todos estos años, las Hermanas de la Cruz han contribuido de manera inestimable al bienestar de los vecinos de Moguer, atendiendo a los enfermos, acompañando a los mayores, educando a niñas y jóvenes, y brindando un apoyo espiritual constante a la sociedad a lo largo de varias generaciones.
La calle en la que se encuentra su convento lleva desde hace años el nombre de Sor Ángela de la Cruz como testimonio de la gratitud del pueblo de Moguer que volvió a mostrar su reconocimiento a estas mujeres valientes y humildes que, inspiradas por su fundadora, han sabido vivir la pobreza con dignidad, sirviendo siempre con alegría a los más desfavorecidos.
Su convento ha sido, y sigue siendo, un lugar de acogida, enseñanza y consuelo en el que se ha impartido formación en diferentes áreas, desde clases de mecanografía hasta talleres de manualidades, música o cocina, fomentando también el espíritu comunitario a través del grupo de vivencias de fe que lleva activo más de cuatro décadas.
Durante los días en los que la imagen de Santa Ángela ha estado presidiendo el altar mayor de la parroquia junto a la de la Virgen de Montemayor, se han celebrado un triduo y una función extraordinaria, así como una emotiva exaltación a cargo de Manuela Garrido, cuyas palabras condensaron el agradecimiento de todo un pueblo por la constante entrega, sacrificio y amor de las Hermanas de la Cruz que han sido fuente de inspiración para todo el municipio durante tantos años.