Hasta el 15 de diciembre podemos votar al Pino Centenario de Mazagón para que sea elegido Árbol de España y Europa 2025 en el concurso que organiza la asociación internacional Bosques sin Fronteras.
Tras haber sido elegido entre los 10 árboles finalistas de este certamen, este singular ejemplar de pino piñonero puede alcanzar este reconocimiento si la provincia de Huelva se moviliza votando en los próximos días a su candidatura.
Las votaciones están muy reñidas, por ello, desde el Ayuntamiento moguereño animan a todas las personas de la provincia a apoyar esta candidatura que impulsa la Asociación Poblado Forestal de Mazagón con el apoyo de los ayuntamientos de Moguer y Palos y de la propia Mancomunidad de Mazagón.
«Con nuestros votos podremos conseguir que este extraordinario árbol, seña de identidad de Mazagón y de toda la costa de Huelva, vea reconocida su singularidad con la nominación como Árbol de España y Europa para el próximo año».
Cómo votar
1.- Debes acceder al enlace: https://www.xn--arbolybosquedelao-uxb.es/votar-arbol-bosque-y-bosque-urbano-del-ano-en-espana-2025/
2-Una vez en la página, hay que votar en tanto a Árbol del Año como a Bosque del Año.
3-Para que tu voto sea contabilizado correctamente, a la hora de votar debes incluir una dirección de correo electrónico donde recibirás la confirmación de tu voto.
Un pino singular
El Pino Centenario de Mazagón, declarado monumento natural por la Junta de Andalucía en 2003, es un singular ejemplar de pino piñonero (pinus pinea) situado a escasos metros del Parador Nacional de Turismo Cristóbal Colón de Mazagón.
Tiene una altura de unos diez metros y una antigüedad superior a los 300 años, pero lo que convierte a este ejemplar en un árbol verdaderamente singular son su tronco retorcido y su copa, que en la mayoría de los pinos de esta especie se extienden de forma vertical, buscando el cielo y mostrando una altura destacada pero que, en este caso, por el contrario, parecen pegarse al suelo con sus ramas horizontales, regalándonos una sombra de más de 150 metros cuadrados de perímetro, un extraordinario parasol natural que convierte a este ejemplar en referente de toda la franja litoral que componen las dunas fósiles del Asperillo.
El Pino de Mazagón ha sido fiel testigo de las transformaciones que el hombre ha realizado en estos parajes a lo largo de los últimos siglos, y su extraordinaria copa ha acogido desde durante décadas los juegos de los niños y niñas que vivían en el próximo poblado forestal de Mazagón.