La familia del Sporting Huelva recordará este 2024 como uno de los peores años de su historia, ya que no solo sufrió después de 18 temporadas en la élite del fútbol femenino, el descenso de categoría a Primera Federación, sino que va camino irremediablemente de un nuevo descenso y de perder todo lo que había conseguido en muchos años de esfuerzo y sacrificio, ser uno de los referentes del fútbol femenino en Huelva y en Andalucía.
Las decisiones deportivas han sido un auténtico desastre en este año que toca a su fin y con una plantilla hecha como una torre de Babel, que jugadoras de muchas nacionalidades, que no se terminan de adaptar ni a la ciudad, ni al clima, ni al club ni a la categoría, los resultados hablan por sí solos. El Sporting descendió la pasada campaña muchas semanas antes de finalizar la liga, ya que terminó colista con 9 puntos, a 18 de los puestos de salvación y sin ningún viso de tener argumentos ni siquiera para poder competir en la máxima categoría del fútbol femenino español.
Pero lejos de aprender para esta campaña, el proyecto se cimentó con las mismas ideas en Primera Federación este pasado verano, muchas jugadoras foráneas sin experiencia en la liga española y más de lo mismo. El equipo, de ser un posible candidato al ascenso, pasó en cuestión de semanas a ser un claro candidato al descenso y termina este 2024, colista de su grupo con solo dos puntos de 39 posibles, a 14 de la salvación y preparándose para un nuevo descenso y lo peor de todo, con su futuro completamente incierto, ya que en Segunda Federación tendrá que tirar de cantera y ya veremos si puede aguantar en esta categoría económica y deportivamente.
El Sporting rozó el cielo durante muchos años compitiendo con los grandes clubes españoles, FC Barcelona, Real Madrid, Atlético de Madrid, Athletic de Bilbao y llegando a ser finalista de la Copa de la Reina en 2022, además de campeón de Copa en 2015 pero esa época tocó a su fin y ahora va a tener que convivir con categorías semiprofesionales e incluso por comunidades, donde tendrá que asentarse en su cantera y reconvertirse en un club modesto que luchará al menos por sobrevivir formando a jugadoras de la tierra.