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24 marzo 2025
Junta de Andalucía Educación
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La carabela portuguesa arriba a las playas de Mazagón
Esta peligrosa medusa es muy atractiva y pueden llamar la atención de los niños. Foto: Federico Soubrier

La carabela portuguesa regresa a las playas de Mazagón

No es frecuente que se dejen ver por aquí, pero tampoco es un caso insólito

La temida medusa tóxica, conocida como “carabela portuguesa” (Physalia physal), ha arribado de nuevo a las playas de Mazagón. Este martes fueron detectados varios ejemplares de esta especie, desde la Torre del Loro hasta la playa de Las Dunas. No es frecuente que se dejen ver por aquí, pero tampoco es un caso insólito. Su presencia en estas playas puede ser debida a que hayan sido arrastradas desde otras costas por los continuos temporales de las últimas semanas.

Curiosamente llegan siempre por las mismas fechas. En marzo de 2018 aparecieron varios ejemplares entre las playas de El Remo y El Picacho, desapareciendo unos días más tarde. El 13 de mayo de ese mismo año se volvieron a ver en la playa de Rompeculos, aunque al ser una “playa virgen”, a la que no suele acudir mucha gente en esta época del año, no revistió demasiada importancia.

Pero uno de los episodios más alarmantes ocurrió el 5 de abril de 2013 en la playa del Parador, cuando una “escuadrilla” de carabelas portuguesas, procedente de las costas canarias arribó a esta playa, provocando la lógica preocupación de las autoridades locales, que decretaron la prohibición del baño y el tránsito peatonal por la orilla para evitar daños a los usuarios, al ser esta una zona muy concurrida. Para advertir a los usuarios del peligro se izó la bandera roja y se colocaron carteles explicando las razones de esta prohibición. Además, se dio aviso a los establecimientos hoteleros de Mazagón, así como al puerto deportivo, la Escuela de Vela y al Club Náutico.

La carabela portuguesa arriba a las playas de Mazagón
Sus tentáculos pueden alcanzar más de 30 metros de longitud. Foto: Federico Soubrier.

El nombre de esta medusa viene dado por su semejanza a un buque de guerra portugués del siglo XVI. Como podéis comprobar sus tentáculos son largos, pudiendo alcanzar más de 30 metros de longitud; son venenosos y los utilizan para capturar a los peces de los que se alimentan.

Su aspecto es como el de una bolsa de plástico transparente inflada, con tentáculos de un color azulado, son muy atractivas visualmente y pueden llamar la atención de los niños. Aunque las veamos muertas en la orilla debemos tener mucho cuidado con ellas, pues las toxinas siguen estando aún activas. El contacto con ellas puede producir inflamación, quemazón, vómitos, mareos, dificultad respiratoria e incluso paro cardíaco. Las recomendaciones son no frotarse la herida y lavarla con agua del mar o con vinagre.

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