El Laboratorio Nacional Neodiagnóstica Lab ha exhumado el cuerpo «incorrupto» de una niña envuelto en «extrañas» circunstancias, dado sepultura en 1992, y no ha dado con el rastro de un niño, que supuestamente estaba enterrado en una tumba familiar desde la década de los 60, tras «las dudas» de los familiares de si se trataban de casos de presuntos bebés robados y que han provocado este viernes las primeras exhumaciones, de forma privada, en el Cementerio de La Soledad de Huelva.
Según ha informado a Europa Press la presidenta de la plataforma SOS Bebés Robados de Huelva, Esperanza Ornedo, el primero de los casos se ha exhumado «sin complicaciones», tras lo que han descubierto que el cuerpo de la bebé, a la que dieron sepultura en 1992, se encontraba «incorrupto, envuelto en gasas y vendas, con un pañal y sin la pinza de recién nacido en el ombligo».
Sin embargo, Ornedo ha asegurado que la madre cuando vio al bebé, el día después de su nacimiento, se encontraba «envuelta por una sábana, con su correspondiente pinza del corte del cordón umbilical y con la sonda que le habían colocado en la zona de la incubadora del Hospital Manuel Lois de la capital onubense».
Así las cosas, desde la asociación han apuntado la posibilidad de «un cambio de bebé», puesto que han indicado también que el cuerpo es de «gran tamaño» y que los padres «no entienden» las circunstancias que rodean el caso.
Por el momento, tanto la asociación como los padres del bebé se encuentran esperando los resultados de los análisis de ADN, que identificarán si se trata de su hija, los cuales se están realizando en la Universidad de Barcelona y que prevén se alarguen durante 15 y 20 días.
Por su parte, la segunda exhumación que se llevó a cabo este viernes en La Soledad duró varias horas, según ha indicado la portavoz, y fue «mayor» dificultad, puesto que se trataba de una tumba familiar de los años 60 y como consecuencia han tenido que exhumar a varios cadáveres que allí se encontraban enterrados.
A pesar de ello, los especialistas no han conseguido encontrar «rastro» del varón que supuestamente fue enterrado en esta década junto con su madre, fallecida a los cuatro días del parto.
Cabe recordar que en el caso de la niña, su madre, Soledad Wert, dio a luz a un bebé en el año 1992 en el Hospital Manuel Lois, y «ni ella ni su marido pudieron ver a la niña» puesto que las enfermeras y médicos «les dijeron que estaba en la incubadora porque estaba muy mal». De este modo, nada más nacer, la menor fue trasladada a la incubadora y le dijeron a su marido que «hasta el día siguiente no podía ir a visitarla» al no estar permitido fuera de horario. Los padres al día siguiente pudieron ver a la menor, que estuvo «cuatro días» ingresada y después falleció.
El caso del bebé varón, el cual, pese a que fue enterrado en una sepultura familiar, en los papeles del negociado del cementerio, según ha apuntado el sobrino del supuesto bebé robado, David Moreno, consta que está enterrado en «una fosa común» y con una fecha que «no corresponde» con la del entierro.
David Moreno explicó que su abuela se puso de parto en los años 60 un 12 de septiembre y, pese a que en un primer momento estaba en casa con una matrona, por diversas complicaciones, se derivó al Hospital Manuel Lois, donde dio a luz a bebé varón por cesárea. «Una monja les dijo que el niño había muerto, pero no pudieron verlo», agregó David Moreno, que recordó que el menor pesó seis kilos.
ONCE EXHUMACIONES PENDIENTES
Por otro lado, ‘SOS Bebés Robados’ ha censurado la actuación de la Fiscalía de Huelva, al «no dar apoyo» al levantamiento de los once puntos delimitados de una fosa común del mismo cementerio, en los que se cree «puede haber otros supuesto casos de bebés robados».
Al respecto, la presidenta de la asociación en Huelva ha afirmado que el Fiscal ha argumentado que «no encuentra indicios de delito» y que ha tachado de «errores administrativos» a las irregularidades de los documentos que se han presentado, por lo que estos casos se encuentran «paralizados y sin previsiones de cambio», ha lamentado.