Las defensas de los acusados por el robo de 1.000 kilos de hachís en la sede de Aduana de Huelva la Nochevieja de 2012, excepto el letrado del vigilante de seguridad de las instalaciones –el único que continúa en prisión preventiva–, han alegado en la primera sesión judicial la vulneración de los derechos fundamentales durante el proceso, e incluso, la abogada de cuatro de ellos ha solicitado la nulidad del procedimiento al completo, basándose en la doctrina judicial del fruto del árbol envenenado.
Durante la vista oral en el Juzgado de lo Penal número 4 de Huelva han declarado siete de los 12 acusados –los demás se han acogido a su derecho a no declarar–, y el resto ha negado los hechos y dos de ellos han asegurado que «se sintieron amenazados por la Policía para que firmaran la declaración». Finalmente, el vigilante de seguridad se ha acogido a su derecho a no declarar y su abogado, Manuel Domínguez, le ha preguntado en sala «si ha sido amenazado o coaccionado» antes de la vista.
Por su parte, los letrados han argumentado estas peticiones en cuestiones previas al considerar que se ha producido vulneración a la intimidad, al secreto a las comunicaciones, a la tutela judicial efectiva, a la inviolabidad del domicilio y a obtener un proceso con todas las garantías legales.
Por todo ello, entienden que deberían anularse varios autos de intervenciones telefónicas y de registros en domicilios y vehículos, así como algunos análisis de ADN, al considerar que en ocasiones «se ha roto la cadena de custodia». De hecho, uno de los acusados, a preguntas de su abogado, ha señalado que algunas prendas de donde se cogió el ADN «habían sido robadas de su moto» en esas fechas.
Incluso, argumenta uno de los abogados que el hecho de que se hubieran producido robos de droga en otros edificios oficiales a nivel andaluz «había generado alarma social» y se decide atajar esta cuestión «a la ligera para dar una respuesta al ciudadano, lo que ha llevado a la vulneración de derechos fundamentales».
Por su parte, el Ministerio Fiscal ha rebatido todas estas cuestiones y las ha rechazado al considerar que el control judicial de esta causa «ha sido férreo».
LOS ACUSADOS
En total son 12 los acusados –después de que para otros dos detenidos se solicitara el sobreseimiento y otro falleciera–, para los que el Ministerio Fiscal pide penas comprendidas entre once y tres años de prisión y multas millonarias por los delitos de hurto continuado, contra la salud pública, robo y tráfico de drogas.
Los acusados, que supuestamente se encargaron de vender los primeros 90 kilos presuntamente robados por el vigilante antes del robo de la tonelada en Nochevieja, han reconocido ser consumidores de hachís, pero han asegurado que el primero les regaló «trozos pequeños» de esta sustancia, negando que fuera un fardo y que lo vendieran, así como que se enteraron del robo en Aduana por televisión. Uno de ellos ha detallado que «fue amenazado por la Policía para que firmara la declaración» y otro ha sido el único que ha señalado conocer al vigilante.
Otro de los que supuestamente participó en el robo ha asegurado que esa noche cenó en casa de sus suegros, donde estuvo «hasta las 3,00 horas de la madrugada». Por último, otro acusado ha indicado que le enseñaron «por foto» las marcas de su ADN y el último que usó una serie de prendas de abrigo antes del robo –donde supuestamente se adquirieron estas pruebas– que le fueron «robadas de su moto en esas fechas, depositando algunas en contenedores de ropa usada».
Cabe recordar que en total fueron 21 las personas implicadas –18 detenidos por la Policía y tres que se entregaron voluntariamente– aunque fueron 14 los que han pasado por la cárcel. En concreto, los tres presuntos cabecillas de esta operación, denominada ‘Campanada’, que son los que se entregaron de forma voluntaria, salieron de la prisión este verano al decretar el juzgado de Instrucción número 5 libertad bajo fianza de 2.000 euros para cada uno.
Además de las detenciones se realizaron cinco registros en Huelva en febrero y se intervinieron tres vehículos de alta gama adquiridos en los días posteriores al robo. Ese mismo día se realizaron más registros en Sevilla, en la localidad sevillana de Carmona y en Sanlúcar de Barrameda (Cádiz), y días más tarde la Udyco de Sevilla arrestó a otro miembro del grupo investigado.
LOS HECHOS, SEGÚN LA FISCALÍA
En su escrito de acusación, al que ha tenido acceso Europa Press, el Ministerio Fiscal puso de manifiesto que tres de los acusados, concretamente los residentes en la provincia de Sevilla, ofrecieron parte del dinero que se consiguiera con la venta de la droga al vigilante de la sede aduanera.
También asegura que éste accedió a esta propuesta, proporcionándoles el mando a distancia que abre tanto la puerta exterior de las instalaciones del edificio de Aduana como la puerta del parking, no especificando el escrito que fuera «coaccionado y amenazado con fuerza física» en un descampado de Huelva tal y como indicó éste a la Policía.
Así el día 29 de diciembre de 2012 uno de estos imputados se reunió con este vigilante de seguridad en un restaurante de Huelva, momento en el que éste le informó de la clave para la desactivación del sistema de alarmas del edificio de Aduana y le entregó la llave del depósito.
La Fiscalía reseña no obstante que estos tres imputados a mediados del mes de diciembre se desplazaron a Huelva y, a través de otro de los detenidos por los hechos, buscaron a otro que en un principio vendió los 90 kilos de hachís que supuestamente robó el vigilante de las instalaciones meses antes de que se perpetrara el robo de los 1.000 kilos, al que metieron en un coche, con el que circularon hacia Huelva, «golpeándolo repetidamente» hasta que éste llamó a otros dos de los imputados, procediendo éstos a requerir telefónicamente la presencia del vigilante.
A su vez, el Ministerio Fiscal asegura que éste a mediados de noviembre sustrajo supuestamente de la sede de Aduana una tableta de hachís de 50 gramos de peso regalándosela a dos individuos, también imputados por estos hechos, a cambio de información para vender gran cantidad que pensaba sustraer de estas dependencias.
Así, varios días después este vigilante, según indica la Fiscalía en su escrito, «con ánimo de obtener un lícito beneficio patrimonial, se apoderó de un fardo de hachís de 30 kilos» conectando con los citados individuos para que procedieran a su venta. En total fueron cinco los que se encargaron de vender esta primera cantidad sustraída, así como 60 kilos más –también supuestamente robada por el vigilante–, y que en total obtuvieron un valor en el mercado de 54.000 euros, beneficiándose éste de 45.000 euros.
EL DÍA DEL ROBO
En cuanto al robo en sí el día de Nochevieja, la Fiscalía señala que algunos de estos imputados y otras personas que no han sido identificadas a bordo de un vehículo con un remolque –ambos robados ese mismo día en Sevilla y Huelva– y de otro vehículo todoterreno, accedieron con el mando a distancia al interior de las instalaciones de Aduana portando todos ellos pasamontañas, una maza y una cizalla, desactivando el sistema de alarmas, utilizando la clave facilitada por el vigilante presuntamente y rompiendo la puerta del depósito. Fue el ADN obtenido en las pruebas recogidas por la Policía, lo que ha permitido a los investigadores identificar a los detenidos.
El juicio continuará este miércoles con la declaración de agentes de Policía Nacional y otros testigos en la sala de la Sección Tercera a partir de las 10,00 horas.