Mirando al cielo, realizando cristianos sortilegios de oración a la capa de nueves grises que nos cubrían para que la bóveda celestial se tornase azul y no osase verter sus lágrimas sobre el Lunes Santos onubense, Perdón y Cautivo sacaron pecho espiritual, pusieron a sus titulares en las puertas de sus templos y emprendieron el camino a la conquista del casco antiguo para hacer estación de penitencia en el altar purísimo de la Purísima Concepción. Ambas tomaron la decisión sensata de no continuar el recorrido cuando el agua no esperó más y comenzó a caer sobre el oro, el terciopelo, la plata y la madera y pátinas de las imágenes sagradas.
Desde el barrio de la Orden y parroquia de Santa Teresa, de día, como ya lo hiciera hace dos años una vez abandonada la ‘Madrugá’. El Santísimo Cristo del Perdón, talla de 1981, y restaurada para este año por Ana Beltrán es un estreno que la cofradía luce este año, así como el acortamiento de la cruz, llevado a cabo por José Miguel Sánchez, es acompañado en el oscuro paso de madera que ocupan los dos, por la Virgen de los Dolores, imagen más antigua, de 1943. La Agrupación Musical de Santa Cruz acompañó al paso el tiempo que permaneció en la calle, acompañado por una auténtica multitud de su barrio, hasta que tuvo que guarecerse en la parroquia de El Carmen.
La Hermandad del Santo Cristo Cautivo, obra de León Ortega en 1991, realizó la salida de su capilla en la Hispanidad a las cuatro de la tarde, hora prevista. A pesar de los temores, la cofradía de la Virgen de la Misericordia tomó la valiente decisión de no decepcionar a sus 600 penitentes, aunque en el lugar más emblemático del recorrido de esta hermandad, en el asilo de ancianos, tomó la decisión de no continuar. Llevaba este año la Hermandad nuevo banderín, obra del taller de Rafael Infante y dedicado al colegio del barrio, que es hermano de honor. El paso de Cristo también ha estrenado el dorado de los candelabros. La música estuvo a cargo de la Banda Virgen de la Salud y con la virgen, Niños de Moguer.
Huelva se quedó este año sin la ‘chicotá’ que todos los Lunes Santos, entre el fervor y la emoción de miles de onubenses, la Hermandad de Las Tres Caídas ejecuta en la cuesta que ahora recibe el nombre de la hermandad y que siempre se llamó la Vía Paisajista. La hora de salida (17:30) de la hermandad con la Virgen del más hermoso nombre, Virgen del Amor, no recomendaba salir y así se decidió tomar la medida más dolorosa: permanecer en el templo en previsión de que la lluvia pudiera provocar daños sobre el patrimonio de la cofradía. Patrimonio que además este año se ha visto enriquecido con una cruz alzada en plata para el palio, nuevas caídas y manto de terciopelo verde, entre otros estrenos.
Los 230 penitentes de Nuestro Padre Jesús del Calvario, la más sobria y solemnes de las cofradías que procesionan el Lunes Santo y en la casi totalidad de nuestra Semana Mayor onubense, salió a las nueve de la noche rodeada del devoto silencio con el que es seguida en Huelva. La obra de Cristo, de León Ortega también, es profundamente venerada por un pueblo que ha sabido entender el sentimiento pasionista que la cofradía ha querido imprimir a esta hermandad. El suntuoso empaque de María Santísima del Rosario y Esperanza es obra de Sebastián Rojas, de Huelva y este año ha estrenado las cuatro bambalinas y el techo de palio, como ya pudo ser visto en el Salón de Plenos del Ayuntamiento de Huelva. La puesta en escena de esta hermandad de pasión queda perfectamente rematada por el trío de capilla que llevan ambos pasos.
(Texto: Javier Berrio)
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1 comentario en «La crónica y las imágenes del Lunes Santo»
Mi felicitación para Julan Pérez, esplendido profesional de la fotografía.