La encuesta del CIS ha sido clarificadora de la situación de empate técnico que tienen PSOE y PP en la provincia de Huelva de cara al 20-N. El dato era previsible a medias, porque algunos dirigentes del Partido Popular daban casi por segura una victoria después de haberse quedado sólo a 1.600 votos de distancia en las municipales. El CIS dice que puede ganar cualquiera de las dos formaciones. Quien gane no sólo se llevará el quinto diputado, sino que además contabilizará tres senadores por uno sólo de su rival. Por tanto, es mucho más que un diputado lo que está en juego en lo que a Huelva se refiere. Los únicos que pueden estar tranquilos a estas alturas son los números uno y dos de cada candidatura al Congreso, porque tienen la elección asegurada; y también los número uno al Senado… pero el resto de miembros de las listas de PP y PSOE deben estar tomando tila para calmar los nervios hasta el domingo electoral. Pero no sólo hay en juego una cuestión numérica de representación, también está la baza psicológica de ser la primera fuerza provincial y, en el caso del PP, unirse a la corriente ganadora de los populares a nivel nacional, de manera que habrán ganado una importante baza de cara a las autonómicas. Con los datos del CIS se explica la campaña larga que Barrero, de manera muy especial, puso en marcha en agosto, cuando estaba medio país de vacaciones. Sólo hay que ver el ritmo frenético de reuniones, encuentros y actos para darse cuenta de que los socialistas onubenses no van a ‘entregar la cuchara’ tan fácilmente como a nivel andaluz y nacional, donde el CIS otorga una clara ventaja al PP. Que tanto Rubalcaba como Rajoy hayan elegido Huelva para cerrar campaña el día 18 no es por una casualidad, aunque sí por la cercanía a Sevilla y al AVE camino de Madrid. Aquí el ‘pescao no está vendío’, aunque vista la calma de algunos responsables de la campaña popular pudiera parecer lo contrario.