Esta es la conclusión que saqué del Congreso provincial del PP de Huelva celebrado el pasado fin de semana. Sí es la hora del relevo. Manuel Andrés González ha puesto en marcha una maquinaria profesional, en el mejor de los sentidos, que ha hecho del PP un partido que ha superado las rencillas cainitas y que antepone los intereses generales a los personalismos. De esa forma se explica que hubiese una sola candidatura, amén de los magníficos resultados electorales en el haber de la dirección del alcalde de Lepe. Por eso, este congreso ha sido el del relevo, puede que de una generación, pero sobretodo de una forma de entender la política que en el pasado dio no buenos resultados en las filas populares.
Manuel Andrés González ha impuesto el criterio de mérito y capacidad en el PP de Huelva. El que quiera ser algo se lo tiene que ganar en su territorio, a base de trabajo y de esfuerzo… y de resultados electorales. Sólo de esta forma puede entenderse la confección de su ejecutiva, y el ascenso de dirigentes como Loles López, Gómez Cueli, Juan Carlos Lagares, José Enrique Borrallo o Alberto Fernández, perfectamente coordinados por García de Longoria.
Pero con este criterio los más perjudicados son los concejales de la capital, que por no tener estructura local del partido en la capital, no pueden hacerse fuertes en su territorio. Históricamente siempre se vió con recelo que dirigentes de Huelva capital ocupasen puestos en la Ejecutiva provincial, algo que con Manuel Andrés también se ha desterrado. Ahora todos o casi todos los concejales ocupan puestos de responsabilidad en la ejecutiva provincial.
Y la hora del relevo también ha llegado a la capital. Y algo se mueve en la capital. Y esta es la clave para entender que haya políticos de la capital dispuestos a compaginar su labor de gestión institucional con sus labores orgánicas de partido, haciendo posible el doble discurso de gestión y de debate político.
García de Longoria ha dado un paso al frente al aceptar la Secretaria General que complementa su cargo como portavoz de la Diputación. Mucho antes dio su paso el senador Curro Moro, quién puso toda la carne en el asador para salir elegido representante onubense en la Cámara territorial, demostrando que está libre de ataduras pasadas y lealtades mal entendidas o no correspondidas (Moro está en el Senado por méritos propios, sin padrinos, ni más apoyos que su trabajo y esfuerzo). Y ahora da el paso al frente Juan Carlos Adame como Vicesecretario General en la ejecutiva, que tras una etapa como portavoz en la Diputación con un altísimo coste personal, reclama su sitio ganado a base de talento y esfuerzo.
No perdamos de vista que el resto de concejales ocupan cargos como coordinadores, secretarios ejecutivos, y presidentes o secretarios de comisión como la nunca suficientemente bien valorada Carmen Céspedes que ha sido designada en la estratégica presidencia del Comité electoral o de listas.
Es la hora de dar el paso al frente. De la mayoría de edad. Después de más de 16 años en política se acabaron “las tutelas y las tutías” como diría Manuel Fraga. La suerte está echada. El descarte está hecho, unos optaron por salir de la política, otros por buscar nuevos caminos y los que se han quedado son los responsables de sacar este barco del puerto. Todos saben y han oído desde Sevilla y desde la dirección de Huelva lo mismo: si queréis que se os tenga en cuenta, dar un paso al frente. Y eso han hecho. Los conozco bien (quizá porque alguna vez fui uno de ellos) y ha llegado la hora del LEGADO y el RELEVO.
1 comentario en «BARLOVENTO
La hora del relevo
[Jimy Pérez Guerrero]»
Dice el refrán que no dejes para mañana lo que puedas hacer hoy.
Pero en Política pasa lo mismo que en el ajedrez. A veces, para llegar a comernos los alfiles y las torres (equivalente a los gerifaltes provinciales de otros partidos) no es bueno mostrar descaradamente nuestros movimientos. Con ello tendremos más posibilidades de sorprender a nuestro rival, evitando la pérdida de otras piezas, que aún siendo menores, hacen «ejército». Es decir, nunca menospreciemos a nuestros «peones» para tapar mejor a nuestros «caballos».
Y creo yo que en estos momentos de futuro cambio, convendría hacer «un enroque de caballos» sin que se percate el oponente pero mucho antes de que se nos acabe el tiempo para mover ficha.
Desde dentro de la organización del Partido Popular (que es quién debiera manejar la partida), tendrían que ver si existe ese otro caballo que ocupe con garantías el «cuadro» que algún día dejará el de D. Pedro Rodríguez o si este Alcalde es verdaderamente «alcaldable» para las próximas elecciones municipales.
Por boca del Sr Rodríguez, sabemos que de momento es el «caballo mejor colocado», pero el PP debe apostar a «caballo ganador». Y ahora tiene tiempo, y mañana quizás alguien, tenga en alguna plaza su busto como el que tiene el insigne Mora Claros. Y no me gusta señalar.