La hermandad del Santo Entierro de Cristo en su Misericordia y María Santísima de los Dolores en su Soledad, establecida canónicamente en la Iglesia Parroquial de San Bartolomé Apóstol de Paterna del Campo, celebra besamanos este sábado y domingo de la imagen de la Virgen de los Dolores.
La devoción a la Santísima Virgen de los Dolores en su Soledad es de especial relevancia con más de un cuarto de siglo de devoción en los corazones de las gentes de este bello pueblo condal.
Erigida su hermandad canónicamente en la antigüedad, en su Ermita de la Soledad, sus hermanos completaban su carácter religioso y devocional con el asistencial y caritativo, al tener que atender al Hospital que llevara su nombre y que nuestra hermandad poseyera en sus primeros años fundacionales. Tanto la Ermita como el Hospital de la Soledad estuvieron situados en la antigua Calle de la Carrera de esta localidad. La Cofradía fue impulsada con nuevo espíritu mariano en 1.763 con la erección en su seno de una Orden Tercera de los Siervos de María fieles devotos de sus Dolores, siendo aprobada sus nuevas Reglas el 15 de Octubre de dicho año, “Regla y estatutos, que han de guardar, y observar los Congregados de uno, y otro sexo, así Eclesiásticos, como Seculares del Orden Tercero de Siervos de María Santíssima de los Dolores en esta Villa de Paterna del Campo: Cuya Congregación y Orden está fundada nuevamente en la hermita, o Capilla de María Santísima de la Soledad y Santo Entierro, con Bulla, y facultades de los RR.Padres Superiores Regulares del antiguo y Venerable Orden Servita, y las licencias necesarias del Sr. Provisor de este Arzobispado de Sevilla. En este año de 1763 …… Octubre, 15 de 1763. Años, y Concuerda con su original, que queda en el Archivo de esta Venerable Orden con todas las licencias y aprobaciones necesarias”. (Documento conservado en el Archivo de la Hermandad).
Con ello, se convirtió en la primera Hermandad Servita erigida de la diócesis de Huelva. La tercera orden y su Ermita desaparecerían en el pasado siglo con la desamortización y expulsión de los padres Servitas de España, que la asistían espiritualmente. No por ello, la cofradía dejaría de existir, trasladó sus Imágenes a la capilla sacramental del templo parroquial, continuando sin interrupción su labor espiritual y devocional hasta nuestros días hacía Nuestra Virgen y Madre de los Dolores.