Si yo fuese votante o militante de IU, estaría no sé si más indignado que preocupado o avergonzado que temeroso. Pero bueno, Garzón, con la participación de un 27% de los convocados a darle vía libre a una negociación con Podemos, se tiró al monte y ha pactado un acuerdo que además del derecho de autodeterminación, garantiza, en principio, a IU, la obtención de ocho diputados. En fin, cada uno vende la primogenitura por la cantidad que cree pertinente, que ya sabemos de aquel que la entregó por un plato de lentejas.
Muchos conocen ya mi posición abstencionista desde hace algún tiempo en vistas de que nadie cambia la ley electoral ni está en realidad dispuesto a regenera el régimen. Mi opinión es que en este Estado de aprovechados de todo tipo, la única llamada de atención a los que gobiernan es una bajada tan espectacular en la participación electoral que los electos duden de su representatividad y que provoque la convocatoria de unas Cortes constituyentes. Pero bueno, los electores siguen cayendo en la trampa del simulacro democrático sin tener en cuenta las realidades que vivimos.
Pero volviendo al tema que nos ocupa, si un comunismo muy minoritario pero con representación suficiente es aceptable (IU), la posibilidad de una amalgama de partidos en torno a Podemos convertido en segunda fuerza del Congreso, es preocupante, Y lo es porque, sencillamente, el comunismo no es solo antinatural, sino insensato porque pretende igualar en la pobreza, como ya ocurriera en los regímenes comunistas del Este de Europa y en los modelos que aún siguen vivos. Sabemos, además, que la práctica total del comunismo pasa por la dictadura del proletariado y la anulación de las libertades públicas. No digo que todo eso lo quiera intentar ni lograr Podemos-IU porque, entre otras cosas, hay mecanismos constitucionales que se lo impedirían, pero hago un llamamiento al voto inteligente y moderado de aquellos que quieran votar opciones de izquierdas.
Por supuesto, comprendo el enfado de todos los enfadados del Estado español, porque yo me cuento entre ellos. La realidad que veo a mi alrededor, y que también me afecta personalmente, no tiene nada que ver con las cifras que nos vende el gobierno Rajoy. Esta verdad se viene acumulando desde la burbuja inmobiliaria con Aznar y la destructiva política económica de Zapatero, pero las barbaridades que pretenden realizar Podemos-IU con una subida del déficit imposible de pagar con la riqueza que generamos, podría llevarnos a situaciones más dramáticas y de casi imposible solución, tal como se vive en Grecia,
Al PP, si vuelve a ganar las elecciones generales en junio –en las que se prevé una importante abstención-, y puede formar gobierno con el concurso de C’s, habrá que llevarle a la puesta en práctica de políticas en las que el aumento del gasto público en creación de empleo, genere mayor consumo y más empleo buscando la regularización del sistema económico. Esto, desde luego, no se conseguirá ni con las políticas de gasto desbocado de Podemos-IU ni con las de austeridad radical de Merkel-Rajoy, como se ha probado hasta aquí. Naturalmente, la economía es cosa de economistas, no mía, pero se ve a años luz el desastre al que nos conduciría el comunismo y la ineficacia a la que nos puede llevar el mantenimiento de las políticas de clase y reformas del ejecutivo Rajoy.